𝐓𝐇𝐄 𝐀𝐑𝐂𝐇𝐄𝐑'𝐒 𝐋𝐀𝐃𝐘 🏹 || Aioros × Shura (R18) || OMEGAVERSE

O1

Ahí en aquel trono, se encontraba la gran diosa de la sabiduría, protectora de los hombres, Saori Kido, Athenea, junto a su mayor protector, Seiya de Pegaso, y sus demás compañeros, aquellos hombres que arriesgaron todo por ella, por mantenerla a salvo. Hoy exactamente se cumplían ocho desde que toda la guerra santa, culminó, en victoria de la diosa Athenea.

── ¡Saori, esto es una locura! ── exclamó aquel caballero, quien prometió seguirla en cada paso que diera sin cuestionarla, mas ahora, lo está haciendo. ── ¿Qué es lo que pretendes con traerlos de vuelta? ── El alpha se notaba ligeramente enojado, era notable, dado el olor que este empezó a emitir, desde que escucho la petición de la mujer.

── Seiya, controlate, estas asustando a todos. ── Intento atestiguar la situación cisne, Hyōga, quien tenía entre brazos, en el suelo, a Andrómeda, Shun.

Un gruñido, resonó por todo aquel salón, poniendo en alerta a los tres alphas presentes, al omicron, a la Beta y al lambdra. ── ¡Hyōga, cierra la boca! ¿Acaso no escuchas lo que Saori acaba de decir? Es una locura. ── Giro a ver al alpha rubio, mostrándole sus colmillos, en respuesta cisne, no se quedó atrás y reaccionó de la misma manera, más que ahora estampó a Andrómeda en su pecho.

── Seiya, tranquilizante, se que crees que es una locura, pero piensa las cosas con claridad, no actúes por impulso. ── Dragón, lucia fastidiado, más por el desagradable hedor que emitía pegaso.

Shyriū se posición entre pegaso y cisne, no creía que una amena platica, estaría apunto de desatar una guerra entre alphas, era odioso, su nariz estaba llena de ambos aromas, tanto pegaso como cisne desprendían aromas erráticos, más pegaso, mientras que cisne intentaba no hacerlo, por el bien de su 'omega'. Todo, intento de Dragón por conseguir calma, se estaba esfumando, pues ahora, cisne se encontraba de pie, con Andrómeda detrás de él, aún en el suelo, hasta la intromisión de Fénix, Ikki, el hermano mayor de Andrómeda, e incluso el mayor de grupo con veintiséis años, su aroma se expandió por toda la habitación, ambos alphas, dejaron de mostrar sus caninos, para pasar a ver al intimidante Omicron, tomar a su hermano en brazos.

── Parecen, un par de cachorros peleando por un maldito hueso. ── Gruñó, y enseño sus caninos, imponiendo su autoridad sobre ambos alphas. ── Seiya, deja de ser tan obstinado, ¡Maldita sea! Saori, es nuestra diosa, nuestro deber es protegerla y apoyarla en cualquiera de sus decisiones, no nosotros no podemos imponer nuestro pensar. ── Suspiro enojado, sin apartar su mirar del alpha castaño. ── ¿Entiendes eso? No somos nadie para interferir en sus decisiones. Creo que Shaina, te a estado metiendo ideas de superioridad en la cabeza. ──

── Cuidado Ikki, no me importa en que jerarquía te encuentres, no voy a permitir que te expreses de esa manera de mi esposa. ── Emitió un gruñido bajo, en molestia. ── Y sí, ya lo sé Ikki, se que no somos nada con comparación con Athenea, pero ponte a pensar, es una maldita locura, ¿Por qué revivirlos ahora? Y no hace 5 años. ──

── ¡Basta, Seiya! Ya eh oído suficiente, te guste o no, yo ya decidí traerlos devuelta. Y si me respetas como diosa acatarás mis deseos sin objeción. ── La diosa, se puso de pie, junto con su cetro, Nike, se podía ver en su rostro una ligera molestia. ── Y sí decidí, revivirlos ahora, es por la sencilla razón de que ya cuento con el poder y la preparación necesaria para hacerlo, espero y te disculpes con tus compañeros y sobretodo, con Shun. ── Suspiro en seco. ── Ikki, lleva a shun a mi habitación, porfavor, necesita descansar y esto solo empeorará su salud. Seiya, eres libre de quedarte a recibir a los dorados, o de irte. ──