capítulo 4: Sentimiento.

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«𝘗𝘰𝘷 𝘓𝘶𝘤𝘪́𝘢»

Estaba en la cafetería con Winona, estábamos muy agusto charlando y conociendonos, todo iba tranquilo cuando escuche una voz que me desagradaba.

Cuando voltee a ver no quería ni imaginar que ahí estaba la innombrable Amelia Blight... Oh, esperen, ya la mencioné (culpa de la autora).

Lucía: Me lleva el diablo... -y la verdad era mejor irme con San Pedro que estar aquí, a punto de perder otra parte de mi amado cuerpo.

Amelia: Quiero hablar de algo importante, Noceda. -volteo a ver si no había nadie cerca, pero al percatarse que estábamos en medio de la cafetería me sujeto de la mano y me llevo fuera de esta-. Te tengo un trato.

Estaba a punto de darme un paro cardíaco a medio pasillo. Nunca había escuchado eso, y si lo había escuchado, es porque era algo malo.

Lucía: No te voy a besar si es lo que quieres. -ella puso los ojos en blanco y luego volvió a poner su semblante serio-. Lo siento, continúa.

Amelia: Quiero que te dejes de meter en mi camino, lo que es mío no se toca y tú tocaste mi presiado escritorio. -Se cruzó de brazos-. Ahora, quiero que me dejes, o si no. -puso uno de sus dedos en mi pecho-. Volverás a perder otra parte de tu cuerpo, y si no... -hizo una pequeña pausa-. De tu cara. -Finalizó.

En ese momento pude sentir el verdadero miedo, no quería dejar de ponerla en su lugar, pero por otro lado, no quería perder otra parte de mi amadisimo cuerpo.

Así que dije lo más simple.

Lucía: ¿Que gano yo con esto? -sí, dije lo más raro del mundo con un pensamiento que no tenía idea. Ni siquiera sabía lo que estaba sintiendo, talvez solo fue el impulso que me dio cuando escuche lo que me dijo. Rápidamente, recalcule mis palabras-. Quiero decir, ¿que gano yo con dejarte en paz, cuando claramente solo te quité el asiento en la clase? Eres una exagerada, ni siquiera estas pensando en lo que haces. Solamente me senté en tu lugar. -ahora fui yo la quien se acercó-. Ni siquiera tienes el derecho de insultarme o amenazarme, Blight. Si tanto respeto quieres, aprende a respetar a los demás primero. -finalice, era ya el tiempo para que alguien les dijiera sus verdades.

Era cierto que Amelia me hacía dudar de mi sexualidad... Pero sólo fué al principio. Si ahora me cae mal, el resto de tiempo en la Universidad, la odiare peor.

«𝘗𝘰𝘷 𝘈𝘮𝘦𝘭𝘪𝘢»

Lucía:...aprende a respetar a los demás primero. -me dijo la morena, aun no podía creer que aún, debajo de toda esa facha, podría estar alguien que, además de ser atractivo, podría ser alguien que sabe defenderse.

No tuve las palabras para responder. Solo me quedé con la boca entre abierta y los ojos en grande. Esta era la primera vez que alguien se atrevía a enfrentarme con una voz tan segura.

Quería darle un puñetazo. Pero ella tenía la razón, pelear no solucionará nada.

No me quedo más remedio que irme. Pero no a la cafetería de la que acababa de salir. Si no al gimnasio, en la cancha de básquetbol.

"Me las vas a pagar, Lucía Noceda".

....

Después de un rato estaba en las duchas. Ese pensamiento de que Noceda fuera a seguir así me aferraba. Pero no iba a dejar que mi orgullo bajara. No iba a hacerlo.

Con el agua corriendo por mi cabello hacía mi espalda, pensaba en muchas cosas. ¿Cómo podría alguien ponerse así? ¿Cómo es que ese alguien podría llegar a ser tan segura de si misma? ¿Cómo es que... Me podría llegar a gustar?

Acabaré Contigo: LumeliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora