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Enamorarse es gratis,
olvidar es lo que sale  caro..


Cerca de ahí, Metatron miraba satisfecho cómo Crowley se embriagaba. Y se sonreía a sí mismo, ya que era la oportunidad perfecta para acercarse, aprovechando el momento de confusión. Se acercó a la mesa donde el demonio bebía. Y dijo con voz suave: "No debes beber de esa forma".

_¿Qué te importa? No te metas en mi vida_ recriminó ante su presencia_ déjame en paz. Crowley estaba tan borracho que no podía saber quién era la persona que le hablaba. Creía que tal vez era un entrometido que no tenía nada mejor que hacer. Pero su voz le parecía tan familiar. Como si lo hubiera escuchado en otra parte. Se le pasó por momento por la cabeza que podría ser Aziraphel.

_¿Aziraphel, eres tú?_preguntó con nerviosismo_Por favor, quédate. Mientras intentaba tomar sus manos.

_Te equivocas, yo no soy él_ insistió Metatron _ Pero te conozco muy bien, y creo que ya no debes llorar por ese caso perdido.

_¿Quién eres?_preguntó el demonio.

"Alguien que se preocupa por ti", respondió Metatron. Tomó su rostro con ambas manos,lo miró fascinado ante la belleza del demonio que no había tenido tiempo de admirar. Y siguió hablando: "¡Eres hermoso, Crowley!".

_¿Cómo sabes mi nombre?
¿Quién eres realmente?_ preguntó Crowley.

_Sabes quién soy_ solo pudo empezar la frase, ya que fue interrumpido al ver cómo el demonio caía sobre la mesa, mareado. Lo tomó entre sus brazos y lo ayudó a levantarse. Ambos caminaron hasta la salida del bar. "¿A dónde vamos?", preguntó  Crowley algo confundido. A causa del alcohol.

_A otro lugar, donde podamos estar solos tú y yo_ respondió Metatron.
Crowley se dejó llevar por el momento y permitió que el extraño lo arrastrara a alguna parte.

Mientras se perdían en medio de la noche, en ese momento solo existían ellos dos y a su alrededor todo lo demás dejó de ser importante. Crowley se sintió intrigado sobre la extraña amabilidad del desconocido y quiso saber un poco más sobre su identidad. Metatron sonrió y acercó su rostro al de Crowley, sus labios casi tocándose. El demonio retrocedió extrañado ante su cercanía. Sin darse cuenta, habían llegado a su destino, un hotel. Crowley, una vez en la habitación, de paredes de tonos color pastel, y con una maravillosa vista de la gran ciudad, se dejó caer pesadamente en la cama. Y Metatron le ayudó a quitarse los zapatos.

_Sabes, yo soy el mayor idiota del mundo_ Crowley  se lamentó de su mala suerte.

_¿Por qué lo dices?_
Metazorra indagó con interés de saber su respuesta.

_Es una historia algo larga y complicada. Estuve durante años enamorado de cierta persona, al fin, en el último momento, él iba a irse al cielo solo por un tonto ascenso. Así que yo estaba desesperado y lo besé a la fuerza. Esa era la forma de hacerle llegar mis sentimientos. Pero él parece que lo malinterpretó. Y pude ver la decepción y confusión en sus ojos azules.

_Hiciste lo que pudiste. ¿Aún lo quieres?

_ Querer, no... pero aún lo amo, como no tienes idea_ sollozo mientras se cubría con las manos.

_ Entonces, no me darías una oportunidad.
Se sentó a su lado y lo miró directamente a los ojos, esperando su respuesta. Crowley se quedó en silencio, sin comprender lo que le había intentado decir.

_ Yo, yo... no lo sé.

Metratón se sorprendió ante su respuesta, su sonrisa se desvaneció y sus rostro se tornó casi oscuro. se sintió algo celoso, pero también intrigado por la sinceridad de Crowley.

Crowley por su parte empezó a recordar los buenos momentos con su ángel, las desveladas en la librería, las salidas al Ritz, las aventuras que vivieron. Y la extraña situación en la que fueron envueltos con lo de Adam Young. Y la primera vez que se conocieron, cuando las estrellas apenas estaban por deambular por la bóveda celeste. Cerró los ojos y podía ver a su ángel frente a él. Pero tal vez solo era una ilusión.

_Mírame, yo no soy el.._ expresó ante sus palabras. Acarició su cabello rojo y después sus labios. Metatron inclinó suavemente la cabeza, Crowley podía sentir su aliento en su cuello. Sus labios se encontraron en un beso suave para después convertirse en algo brusco. Crowley sintió una extraña sensación que recorría de su pecho hasta la punta de sus pies. No sabía qué era. Metatron continuó con el beso, su lujuria y posesividad salían a flote y arrastraban a Crowley río abajo. El tiempo se había detenido por algunos minutos.

Hubieran podido seguir a otro nivel, pero por buena o mala suerte, Crowley se quedó completamente dormido, dejando a Metatron con las ganas de continuar. Él lo cubrió delicadamente con las sábanas y se dejó caer a su lado mientras jugueteaba con el pelo del demonio. Así que decidió no aprovecharse de la vulnerabilidad del demonio. Quería que estuviera consciente y en sus cabales cuando lo hiciera suyo. Ya quería ver qué más expresiones podía hacer en la cama. Y también se moría por saber cómo reaccionaría Aziraphel al enterarse de todo lo que había pasado. Lo más seguro era que ardiera en celos y tal vez hasta quisiera golpearlo.

Por su parte Aziraphel desconocía por completo lo que sucedía en la tierra. Y se centraba en terminar todo el trabajo,que lo mantenía tan ocupado que no le daba tiempo ni de respirar. Quería terminarlo cuanto antes y si era posible ir a su librería. Para ver como seguían las cosas y también era la única oportunidad de volver a encontrar a Crowley. Tal  vez hablaría con el. Y dejarían en claro una vez por todas sus verdaderos sentimientos. Esos sentimientos que no lo dejaban en paz. Atormentando su corazón. quería saber si realmente lo que dijo Metatron era cierto. Y si ese era el caso, entonces tendría que irse preparando mentalmente para poder soportar las frías  palabras de Crowley. Para no derrumbarse  en el momento en que lo tenga enfrente.  Claro, que tenía razón para estar enfadado después de todo el fue quién lo abandonó.  Pero lo hacía por  su propio bien, pero era algo que el no lo entendería. 

Si tu no lo quieres, damelo a mi. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora