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- ¿¡Qué estás haciendo aquí!? - gritó Hinata aún sin poder creer lo que veía.

El balón cayó en un silencio sepulcral. Hinata se sintió encogerse ante la gélida mirada del ojiazul, pero aún así sentía que no podía moverse. Rezaba porque fuera un sueño, o porque fuera solamente alguien demasiado parecido físicamente a él, pero no, definitivamente no le cabía duda de que era Kageyama Tobio quien estaba frente a él.

No, no, no. Esto era algún karma de sus antepasados que estaba pagando definitivamente. El chico frente a él parecía ni inmutarse ante su presencia, y Hinata estaba a punto de sufrir una crisis nerviosa. La vida lo odiaba, Dios lo odiaba, las diez mil palomas que le habían cagado encima en toda su vida no sirvieron de nada para su buena suerte. Sentía como si una lo hubiera hecho en ese momento, una alta, pelinegra y engreída paloma le había cagado encima.

- Te vi el año pasado.

Hinata salió de su shock al escuchar la grave voz del pelinegro. Lo recordaba, sabía quién era.

- Pero no recuerdo tu nombre...

Hijo de...

- ¡Mi nombre es Hinata Shoyo! - respondió enfadado el más bajo - No creo que recuerdes al equipo que venciste fácilmente en el primer...

- Por supuesto que te recuerdo bien, niño - lo interrumpió el pelinegro.

Hinata se acercó furioso a este, quien solo lo observaba fijamente sin ninguna expresión.

- ¿Niño? ¿Qué te pasa, idiota? ¿Quieres pelear?

- ¡Eres un asco de jugador! - espetó el más alto, haciendo palidecer a Hinata - ¡Y no me pondré a pelear con un niñato como tú!

- ¡Tenemos la misma edad!

- Pues mides como un niño de primaria.

- Tú... Idiota...

- Vaya, vaya, vaya, ¿así que estos son los novatos, eh?

Ambos frenaron su discusión al ver a tres chicos bastante altos con aspecto mayor que ellos en el gimnasio. Uno, el que los había interrumpido, pelado y con un gesto raro en su rostro, y los otros dos con un aspecto maduro: uno de cabellos grises y otro pelinegro.

- ¿Tú eres Kageyama, cierto? Nos alegra tenerte aquí - dijo este último al ojiazul, los tres ignorando por completo a Hinata, que los observaba indignado.

- Eres muy alto - comentó el de cabello gris con expresión amable.

- Necesita una novatada, Suga - dijo el del gesto extraño - démosle una razón para que le tema a los de tercero.

- Tanaka, no seas tan hostil - lo regañó el pelinegro de tercero.

Hinata observaba a los tres hablar con el idiota de Kageyama desde atrás. Le sorprendió un poco que este fuera más alto que los tres mayores, los cuales eran muy altos.

- ¡Hola! - los saludó Hinata, siendo completamente ignorado por los mayores.

- ¿Cuánto mides? - le preguntó el pelinegro mayor al menor.

- Un metro ochenta.

- Bah, no es tan alto - respondió Tanaka.

- Tanaka, no...

- ¡DIJE HOLA!

En ese momento, todos giraron hacia él, sintiéndose un poco cohibidos, hasta que Tanaka lo señaló sorprendido.

- ¡Ey, eres tú, el enano saltarín!

¿Enano saltarín? ¿En serio? Tenía fe en que tendría buenos apodos en la secundaria, pero llega y el primero que recibe es "enano saltarín". Primero Kageyama en su cancha, y ahora esto. Que lo partiera un rayo de paso si la vida quería arruinarlo más.

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⏰ Última actualización: Jul 27 ⏰

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So High School - KagehinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora