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Hinata despertó con un dolor insoportable en la cabeza. ¿La razón? Había soñado otra vez con aquel estúpido rey.

Sus sueños siempre eran distintos, pero siempre tenían que ver con el vóley. No soñaba todas las noches con él, pero lo hacía constantemente, y todos los días, mientras entrenaba, su detestable y engreído rostro regresaba a su mente, con ese aura de superioridad que parecía impregnado en él.

"¿Qué estuviste haciendo estos tres años?"

Kageyama Tobio, ese maldito "rey de la cancha", lo haría tragarse sus propias palabras y le demostraría de lo que realmente era capaz. Hoy iniciaría su primer año en la preparatoria Karasuno y, considerando la actitud del "rey ", seguramente lo vería en los torneos. Esa sería su oportunidad para vencerlo, así que, con esa motivación, se levantó de su cama y empezó a prepararse para su primer día en la preparatoria.

Entró a la ducha y se dio un rápido baño, lavó su rostro y sus dientes y, luego de secarse el cabello y peinarse ligeramente con las manos, volvió a su cuarto a cambiarse. Se puso la ropa nueva que sus padres le habían comprado para el inicio de clases y tomó su mochila. Fue a la cocina para beberse un vaso de jugo antes de irse y se encontró a su madre preparando café, con el vaso suyo ya lleno.

- Buen día, Shoyo - lo saludó su madre, entregándole el vaso de jugo - pensé que tardarías más en despertarte.

Hinata bebió todo el vaso de un sorbo.

- Estoy emocionado - expresó el de cabellos naranjas - apenas pude dormir anoche.

Eso no era del todo cierto. Sí, había dormido mal, pero no por la emoción de su nueva escuela, sino por la visita recurrente de cierto indeseable en sus sueños.

- Todo irá bien, cariño - le aseguró su madre con una sonrisa - deberías irte ya, no querrás llegar tarde en tu primer día.

-Tienes razón - respondió Hinata, dejando el vaso en la mesa y dándole un beso en la mejilla a su madre - Adiós, mamá. Nos vemos luego.

- Adiós, hijo.

Tomó su bicicleta y empezó su recorrido; eran treinta minutos sobre la montaña hasta llegar a la preparatoria. Tediosos, sí, pero valían completamente la pena. Dejó su bicicleta y se adentró en la escuela. Era bastante grande. Al llegar, lo primero que hizo fue dirigirse hacia una hermosa chica con rostro serio que buscaba aspirantes para el club de vóley.

- ¡Yo me anoto! - dijo efusivamente el de cabellos naranjas, asustando un poco a la chica, que aún así se mantuvo seria.

- Está bien, escribe tu nombre, apellido y año, por favor - le pidió, extendiéndole la lapicera y el papel.

Hinata los tomó y anotó lo que la chica había dicho sin siquiera mirar los otros nombres en la lista, devolviéndola enseguida con una sonrisa y una pequeña reverencia.

"Hinata Shoyo, primer año"

Las clases comenzaron normalmente. Nunca había sido excepcional en las materias, pero el año pasado se había esforzado mucho en sus estudios para poder graduarse. Sin embargo, en ese momento no podía concentrarse. Las horas pasaban y él solo podía pensar en lo que le esperaba después de las clases: los entrenamientos con el equipo. Había visto al Karasuno en televisión años atrás, lo cual lo había inspirado a jugar al vóley desde un primer lugar. Él quería ser el siguiente "pequeño gigante" del Karasuno. Lo iba a lograr.

Luego de las clases, Hinata corrió a los vestidores a ponerse el uniforme de gimnasia y cruzó a toda velocidad por los pasillos, ignorando a todo el mundo. Al fin, era el momento que tanto había esperado. Por fin estaba en el Karasuno; tenía que entrenar mucho. Entonces, por fin podría vengarse de ese...

Rey...

Al abrir las puertas del gimnasio, Hinata quedó estático en su lugar, como si hubiera visto un fantasma, un monstruo u algo peor. Allí estaba, en el aire, a punto de rematar el balón. Alto, cabello negro y esa mirada azul y calculadora. Sintió ganas de correr y ocultarse. Eso parecía alguna broma pesada del destino. Tuvo el impulso de pellizcarse para saber si no era otro de sus recurrentes sueños con él, pero no lo era. Su odiado rey de la cancha estaba allí, en su preparatoria, en su equipo, en su cancha y con su uniforme.


Kageyama Tobio.

- ¿¡Qué estás haciendo aquí!?

- ¿¡Qué estás haciendo aquí!?

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Holaaa, gracias por leer este capitulo. Recién empiezo esta historia pero siento que va a ser algo lindo de escribir, quisiera recibir sus comentarios y opiniones sobre lo que van leyendo, gracias 💖

So High School - KagehinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora