Capítulo 10

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Termino de editar las fotos del entrenamiento de hoy y me estiro en la silla, sintiendo el cansancio acumulado en cada músculo de mi cuerpo.

-Creo que me va a explotar la cabeza.- le digo a Martín, quien está sentado a mi lado, revisando los vídeos.

-A mí también.- responde frotándose la cara con ambas manos, mostrando un evidente agotamiento.- ¿Te hace un zumo del bar?

La cara se me ilumina y de un salto me levanto de la silla. Martín se ríe por mi reacción y ambos salimos de la sala en dirección al bar. Nos acercamos a la barra y pedimos dos zumos para sacar a la terraza, donde nos encontramos a varios de los chicos jugando al ping-pong.

Lamine se acerca y me envuelve entre sus brazos para darme un abrazo, a la vez que un beso en la cabeza. Nos acercamos a los demás y mi mirada se cruza con la de Nico, que rápidamente la aparta y sigue observando el partido entre Fermín y Pedri.

Siento un nudo en el estómago.

Lamine parece darse cuenta y pasa su brazo por mis hombros estrechándome contra él.

-¿Pasa algo?- pregunta con preocupación.

Niego con la cabeza, pero no le convence. Inclina un poco la cabeza a modo de insistencia y suspiro. Vamos hasta una de las tumbonas que hay a un par de metros y nos sentamos en una.

-¿Qué ha pasado entre Nico y tú?- suelta sin pensárselo dos veces.

-Nada.- respondo.

-Luna, mi amigo lleva más callado de lo normal desde ayer en la cena y ahora ni te ha saludado.- añade.- Algo está pasando.

-Ayer se puso muy borde porque Martín pasó su brazo por mis hombros.- le cuento.- No le entiendo.

Lamine se empieza a reír y yo sigo sin entender nada. Se da cuenta y deja de reírse.

-Luna.- dice serio.- A Nico le gustas.

¿Qué?

-Le llevas gustando desde el día que nos cruzamos contigo en el gimnasio.- añade.- Y él a ti también te gusta porque os he visto juntos.

Debo de tener las mejillas más rojas que un tomate.

-No me puedo creer que se haya puesto celoso de Martín.- empieza a reírse otra vez.

-Da igual lo que haya entre Nico y yo.- suspiro.- Es imposible.

-Nada es imposible.

-Tengo terminantemente prohibido tener cualquier tipo de relación amorosa con cualquier miembro del equipo, viene en una cláusula de mi contrato.

Lamine se queda serio mirándome.

-¿Qué puede pasar si lo incumples?

-Primero me despedirán y como consecuencia me costaría mucho volver a encontrar un club que confíe en mí otra vez.- respondo.- Me ha costado mucho llegar hasta aquí.

Lamine asiente lentamente, comprendiendo la gravedad de la situación.

-Lo entiendo.- me abraza y nos quedamos así un rato mientras vemos como Pedri le mete una paliza a Fermín en el ping-pong.

A Escondidas (Nico Williams)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora