¿Jugar al doctor? +18

1 0 0
                                    

-Cállate, terminando esta calle dobla a la derecha -lo dijo como si tratara de darme órdenes.

-No me des órdenes, mocosa -bufé al ver su mirada seria.

-Parece que ya te las estoy dando porque me obedeciste -me miró desafiante, ni siquiera eso, me miró como si me hubiera ganado.

Bufé y seguí caminando porque el maldito semáforo al fin había cambiado de color. Seguía sosteniendo su cuerpo contra el mío. Por alguna razón, me sentía calmado al sentir su calor, pero su expresión me molestaba demasiado.

Llegamos a su casa, que en realidad era un condominio. Ella mostró su identificación y trató de darle explicaciones al portero, pero seguí caminando, haciendo que ella me mirara enojada. Por Dios, ¿no tenía otra expresión? Siempre con esa cara de aburrida, como si fuera malo con ella.

Caminé hasta su edificio y entramos al elevador. Ella presionó el botón que nos llevaría al piso 5. Por fin estaba en silencio. No soportaba más su voz. El elevador llegó al piso 5 y las puertas se abrieron, dando directo a la sala.

-Así que aquí es donde vives -dije entrando.

-Ya puedes bajarme -noté cierta molestia en su voz, como si le molestara mi ayuda.

-No, no te bajaré, mocosa. No pienso dejarte sola sin haber revisado esa herida -miré a mi alrededor y la recosté en un sillón.

-¿Planeas jugar al doctor? -me gritó como si estuviera irritada.

Dios, ya estaba harto de sus gritos. Solo me hacía enojar más.

-Sí, mocosa estúpida, planeo curar tu maldita herida. Ya te lo había dicho -le regresé el grito.

-Deja de ser tan grosero -miró a otro lado, aun con su expresión seria, que molesta.

-Mira quién lo dice, tú también lo eres, y mucho. Además, tú no me das órdenes -miré a mi alrededor en busca de algo para curarla.

-Tú empezaste -volvió a gritar.

-No empieces, mocosa. Lo único que he hecho hasta ahora es cuidar de ti y tu estúpida lesión -grité. Si creía que me iba a callar, está más loca de lo que parece.

-Lesión que tú causaste -me acusó de provocar su herida, como si yo la hubiera mandado a correr.

-¿Qué? ¿Qué yo causé tu lesión? Eres tú la que no ve por dónde camina -le recordé que se cayó sola.

-Tú me perseguiste como un maldito acosador -me miró enojada.

-No exageres, no es acoso si solo te perseguí en la calle -desvié mi mirada a la gran ventana que tenía.

-Esa es la definición de acoso -sentí un golpe en mi rostro. La maldita me había tirado un cojín.

-No soy un maldito loco, solo estaba aburrido y necesitaba entretenerme un poco -solté un bufido, ya irritado por esta conversación.

-Entonces, ¿solo soy una especie de entretenimiento? -me miró aún más enojada.

Me quedé callado unos segundos, observando su rostro. Se veía muy enojada. Miré su cuerpo; estaba sentada con ambas piernas sobre el sillón, su rodilla derecha extendida y la izquierda algo flexionada por su herida. Sus medias estaban muy rotas. Qué tonta.

.....

-Claro que no, mocosa, no eres eso -contestó, dándose la vuelta para ir por su mochila y buscar un poco de papel para limpiar la herida.

-Entonces, ¿Qué soy? -preguntó T/N, algo confundida por la respuesta de Katsuki.

El rubio seguía concentrado en su tarea de buscar implementos para limpiar la herida, pero esa pregunta lo tomó por sorpresa, aunque decidió ignorarla al no saber cómo responder.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 28 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Intercambio Estudiantil [BAKUGO x T/N] +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora