vii.

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Samantha se había sentado en una de las sillas del pasillo con las lágrimas aún rodando sobre sus mejillas; estaba tan perdida en sus pensamientos que no vio a Ari llegar y acercarse hacía ella.

-Samy, vinimos lo más rápido que se pudo, ¿cómo está Felix...?- Ari no pudo terminar lo que iba a decir cuando al dirigir su mirada a Samantha, la encontró tan vulnerable, llorando sin parar, sentada en la sala de espera -Ey, cariño ¿qué pasa?- le dijo sentándose a sus pies, totalmente preocupada al ver a su amiga en ese estado.

-Voy a ver a Felix, las dejo solas- habló Juan y se fue.

Ari rápidamente se sentó al lado de Samantha y la recargo en sus brazos envolviendola en un reconfortante abrazo, a lo cual ella simplemente atino a devolverle el gesto y inmediato tapo su rostro con sus manos sollozando aun más en los brazos de su amiga.

Duraron unos minutos abrazadas cuando Samantha finalmente se separó y con dificultad limpio sus lagrimas.

-¿Samy, quieres decirme qué pasó? ¿Por qué estás llorando?- preguntó Ari.

Samantha respiró profundamente, intentando no volver a llorar, aún era muy reciente lo que habia pasado y tan solo pronunciar el nombre de su esposo se le complicaba.

-Yo... Ari es que, Felix despertó y él...- las lágrimas volvieron a sus ojos, casi nublando su vista -Felix no me recuerda, él... no sabe quién soy- dijo ella dejando caer más lágrimas sobre sus mejillas.

-¿Qué? ¿De qué estás hablando, Samy?- Ari preguntó bastante confundida.

-¡El perdió la memoria, Ari! Felix no sabe quién soy, no nos recuerda ni a mí ni a nuestra pequeña- respondió Samantha colocando sus manos sobre su vientre, intentando pensar en su bebé para poder calmar lo que sentía, pero nada estaba funcionando. Le dolía saber que el amor de su vida no tenia idea de quién era ella, además él jamás le había gritado, y ahora no quería saber de ella ni de su pequeña en camino.

-Yo... lo siento mucho, Samy- fue lo único pudo decir Ari, mientras atraía a Samantha hacia sus brazos una vez más.

Tanto Ari como Samantha estaban en shock. En ese corto instante, Samantha comenzó a llorar de nuevo y Ari la abrazó más fuerte. Por lo que había visto hasta ese momento, ella tenía conciencia de que Samantha estaba destrozada y en ese momento mas que nunca lo único que importaba era estar para su amiga y no dejarla sola en ningún momento.

Luego de dejar a Ari con Samantha, Juan fue rápidamente a preguntar en recepción por su amigo y cuando le dieron la información, se acercó a la habitación donde el se encontraba, fue entonces que vio salir a un doctor del lugar y se le acercó para preguntarle sobre el estado de Felix, queria saber que era lo que le ocurria y porque Samantha estaba tan mal.

-Mire, el señor Jose sufrió una secuela del accidente, él perdió la memoria- le explicó el doctor.

Al oir lo que el doctor le iba diciendo, Juan quedo completamente desconcertado, apenas había entendido la mitad del diagnóstico pero por la cara de preocupación del doctor sabía que era mucho peor de lo que se estaba imaginando ¿En serio estaba pasando todo esto? ¿Su amigo mo recordaba nada? Ahora sabía por qué Samantha estaba tan mal, seguro no la recordaba. Entonces el miedo de que a él tampoco lo recordara se instaló inmediatamente en el de solo pensar que mas podria haber olvidado...

Entonces antes de entrar a la habitación agradeció al doctor por la explicación y reuniendo todo su valor ingreso al lugar donde se encontraba su mejor amigo y lo encontró acostado en la camilla, mirando las paredes.

-Felix...- habló llamando su atención.

-¡Juan! amigo, qué bueno verte- le respondió Felix aliviando de inmediato el miedo de Juan ver cómo si lo recordaba.

-Nos diste un gran susto Felix- dijo él.

-Sí... la verdad es que no recuerdo exactamente que pasó- respondió el pelinegro con algo de preocupación.

-Bueno, hace unos meses tuviste un accidente automovilístico muy grave, el impacto te dejó en coma todo este tiempo- le informó mientras Felix lo miraba atentamente escuchando lo que Juan decia.

-¿Qué es lo último que recuerdas antes del accidente?- se atrevió a preguntar y Felix vaciló comenzando a hablar.

-Ya sabes Juan, recuerdo que junto con mis otros compañeros ganamos la final de pio, y ahora estoy a la espera de la entrega de mi segundo anillo, oh también recuerdo que luego de eso nos juntamos a ver el partido de chivas.

Juan escuchaba atento todas las palabras de Felix y su preocupación aumentó mucho más. Aquello a lo que el pelinegro se refería habia pasado hace años, y lo peor de todo, es que todo eso pasó semanas antes de que él le presentara a Samantha.

-Felix, eso pasó hace un buen tiempo atrás... ¿el doctor te dijo lo de la pérdida de memoria, verdad?

-Así es, me acaba de informar- suspiró. -Enserio espero no haberme perdido de mucho estos meses que estuve en coma.

-Si... bueno, puedo hacerte una pregunta?- Juan miro directamente hacia los ojos despreocupados de Felix

-Claro, que pasa?- Felix miró confundido

-Felix, ¿recuerdas a Samantha?- soltó Juan y el mayor cambió completamente su actitud cuando escuchó el nombre.

-¿Qué tiene esa mujer? Estaba aquí cuando desperté, no sé quién es ni de dónde salió- expresó Felix bastante fastidiado y algo molesto.

-Felix- intentó hablar Juan, pero Felix no lo escuchó y siguió hablando.

-No sé qué quiere, me dijo que es mi esposa y cuando note que estaba embarazada, me dijo que su bebé era mío. ¿Lo estás escuchando, Juan? ¿Yo casado? ¿Siendo padre de un bebé? ay por favor- interrumpió Felix negando con la cabeza mientras reía con ironía y entonces volteó a ver a Juan, quien tenía una cara indescriptible.

La habitación quedo en un total silencio ¿que se supone que debía decir ahora? se preguntaba Felix, mientras Juan lo miraba lleno de angustia

-Bien...- habló Juan. -¿Qué pasó con Samantha antes de que llegara yo?

En ese momento Felix comenzó a contarle todo lo que habia pasado con lujo de detalle y poco a poco notó cómo la actitud de Juan se cambiaba a una bastante enojada por las palabras tan ligeras y poco cuidadas que salian de la boca de Felix.

-¿Es en serio? ¿Por qué mierda le hablaste así?

-No la conozco, Juan, no sé quién es. Puedes creer que decía ser mi esposa...

-¡Es tu esposa, estúpido! ¿Cuantas veces mas te lo tengo que repetir?- interrumpió Juan con un grito.

-¡Pues para mí no lo es! No quiero saber nada de ella- soltó Felix ya harto de esta situación y Juan se molestó más.

-Pues vas a tener que bajarle a tu actitud, porque vives con esa mujer

-¿De qué hablas?- preguntó.

-Los dos viven juntos, Felix. Tu vendiste tu apartamento anterior y los dos juntos compraron uno nuevo, y por si no lo recuerdas, ustedes dos están casados y pronto tendrán una bebé.

Felix suspiró pesadamente tapándose la cara con las manos. Era increíble. Ahora tenía que vivir con una desconocida a la que no quería ver ni en pintura...

-¡La puta madre! Se me arruino la vida...- dijo Felix e inmediatamente sintio como un golpe azotaba su mejilla.

-Vuelve a decir algo igual y de verás como te parto la cara, Francisco- amenazó Juan.

-Ey! Que crees que haces?! Bien sabes que es la verdad Juan, no conozco a esa mujer y menos se si me estas diciendo la verdad- reclamó el pelinegro mientras frotaba su mejilla adolorida.

-Bueno tendras que arreglarte tú solo, porque ni pienses que voy a darte un espacio en mi casa, y menos ahora que te portaste como un completo cansón.

-Oh Juan! No me dejaras vivir con esa mujer verdad?- rió Félix pero inmediatamente supo que Juan hablaba enserio al ver su cara.

-Esa mujer tiene nombre y es Samantha, y si tú te irás con ella a tu casa- dijo Juan y vio como Felix rodaba los ojos. -No hagas eso, yo no estoy jugando

-Aghr! Esta bien... intentaré no hacer nada malo- dijo Felix mientras tapaba su cara y largaba un gran suspiro.

votos de amor | riverducción Donde viven las historias. Descúbrelo ahora