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Capitulo 7

Minji y Danielle veían como los doctores y enfermeros salían constantemente de la habitación de Haerin sin poder hacer nada al respecto. Los nervios las invadían, después de haber dicho el nombre de su hija había entrado en un paro tan fuerte que tuvieron que reanimarla.

Según el médico, mientras más acercamientos tenga hacia su pasado puede que su cerebro no reaccione de buena manera y tenga estos ataques, por lo que decidimos que estuviese otra semana en observación.

Ya no vivían en la casa que solían vivir cuando estaban casadas, por eso estaba segura que Haerin no tendría un ataque cuando llegase, sin embargo el tema de Hyein la tiene preocupada.

El doctor salió con una hoja en su mano, —señora Kim.

Minji se levantó rápidamente, —¿cómo se encuentra?

—Ya se estabilizó, quería hablarle de este documento que me llegó sobre el cambio de hospital de Haerin.

—¿Qué pasa con eso?

—¿Visitó ese hospital con anterioridad?

Asintió, —ahí trabajábamos juntas.

—No creo que sea bueno para ella forzar su mente a aquello, —comentó.

—Lo sé, pero usted sabe que soy neurólogo y quiero ayudarla.

El doctor asintió, —yo lo sé, señora, pero podría ser contraproducente, no sabemos cómo vaya a reaccionar.

—Insisto en que nos de su aprobación, —pidió.

Terminó por acceder a la petición con unas recomendaciones, para el siguiente día ya estaría en el otro hospital, aunque fuese un periodo corto de tiempo tenía que seguir acudiendo a citas médicas. El médico se fue a aprobar el papeleo.

Danielle le dio una sonrisa torcida, Minji frunció el entre cejo, —¿pasa algo?

La menor rascó su mejilla levemente, —no, nada.

—Adelante, puedes contarme, Danielle.

Suspiró. —Lo que pasa es que no creo poder estar aquí mucho tiempo, tengo que regresar a Japón.

—¿Tienes algún pendiente allá?

Danielle negó.

—¿Entonces? —preguntó Minji.

—Tengo unos pocos ahorros pero no serán suficientes para mantenerme aquí hasta que ella se recupere y decida qué hacer.

—Puedes trabajar para mi, por eso no te preocupes, no estás sola en esto, Danielle, —dijo Minji y puso una mano sobre su hombro junto a una sonrisa.

Danielle sonrió, —siento que estás haciendo mucho por mi y yo soy una mala persona.

—Claro que no, ¿por qué dices eso?

Rió incomodamente, —salgo con tu esposa.

Minji rió también, —me contuve bastante para no golpearte, por si te lo preguntabas.

—¿Qué te detuvo?

—Haerin, —dijo mirando la puerta de la habitación de hospital, —no quería que me odiara o algo.

—Gracias por eso, Minji, que la ames tanto significa que ella era una buena persona.

Minji sonrió aunque un poco triste, —era la mejor de las personas, no sé cómo sea ahora, pero volverá a brillar algún día.

—Ya brilla más que la luna.

Su conversación fue interrumpida por el sonido del celular de Minji, respondió al ver el nombre de su esposa en la pantalla.