Capítulo 4 (Final)

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—Estaba segura de que algo le ocurría. Después los vi en el jardín y pensé que lo mejor sería darle su espacio, pero esa noche apareció en mi habitación y me contó todo de un modo un poco dramático. Soy su abuela, así que lo abracé, aunque en el fondo me estuviera haciendo millones de preguntas. Después de que pareciera no obtener ninguna conclusión lo miré y le dije que debía ir a verte a esa competencia y decirte lo que sentía. Todavía lo dudo y dijo que lo decidiría por la mañana. ¡Es que me daban unas ganas de estirarle las orejas! Debo admitir que no imaginé que fueras a caerme así de bien. Jaekyung, eres todo el estereotipo del muchacho guapo ¿Eh? Mi Dan tiene mucha suerte. Bueno, de hecho, tu eres el más afortunado, con mi nieto te ganas la lotería.

Dan y Jaekyung sólo asentían. Ellos no habían hecho más que beber refresco y comer papas fritas, por otro lado, la abuela estaba con la segunda botella de soju y ordenaba un poco de carne diciendo que estaba hambrienta ya que esa mañana había salido a caminar diez kilómetros.

Jaekyung se acercó a Dan y le susurró al oído ¿si acaso estaba bien que su abuela bebiera?

Dan un poco avergonzado le respondió que no tenía idea de que a ella le gustaba beber, la mujer tenía casi ochenta años y se comportaba al estilo juvenil buscando encajar con las generaciones actuales.

—Pero ya hablé mucho sobre mí, mejor cuéntenme ¿Cuáles son sus planes? Si de verdad van a las olimpiadas ¿Tendrán tiempo para un noviazgo? Se la pasarían entrenando y en cuestiones de concentración... quiero decir que no quiero ser una aguafiestas, pero según lo que Dan me contó, Jaekyung te gradúas este año ¿Seguirás nadando? Dan se gradúa el siguiente año, es un buen chico. ¿Y bien?

Jaekyung negó en silencio, a decir verdad, no tenía certeza de lo que haría más tarde, al día siguiente o en un mes. Se rio de Dan que desde su lado le hacía señas a la abuela para que cerrara la boca de una vez y dado que la conversación ocupaba ahora un lugar en su top tres de conversaciones entretenidas, le restó importancia al modo tan extraño en que ella tenía de indagar sobre sus intenciones con su nieto.

—Podemos entrenar, estar en una relación, encontrarnos cuando sea posible, dejarnos de ver durante un año y seguirnos gustando— aseguró al tiempo en el que entrelazaba su mano con la de Dan y se la llevaba hasta los labios para besarle el dorso. Dan enrojeció de inmediato—. Su nieto me gusta muchísimo. Confiaré en el proceso.

Por como Dan lo miraba, estaba convencido de que su corazón había provocado un torbellino dentro de su pecho. Él mismo reaccionó del trance sorprendido por lo que acababa de decir y carraspeó devolviendo la mano de Dan a su lugar.

Pasaron las siguientes dos horas hablando sobre la importancia de entrenar, dormir bien y alimentarse sanamente para rendir mejor en el deporte. Tal y como era de esperar, la abuela tenía un millón de recomendaciones para lo que podía esperarles en las olimpiadas del siguiente año y el cómo viajar con los deportistas más importantes de tu país podía ser la mejor o la peor experiencia.

Al final de la noche, cargaron con la abuela entre los dos y la hicieron entrar en el auto de Yoon Seungho. Casi no pesaba, por lo que no fue difícil recostarla para dejar que descansara un poco.

Una vez en casa, Dan le pidió a Jaekyung que llegara por la puerta principal, así varios empleados ayudaron a llevar a la abuela dentro.

—¿Crees que nos devuelvan el dinero? — Jaekyung no quería pensar en su noche arruinada. El dinero no importaba, lo realmente importante era que ahora no tendrían manera de tener sexo sin que su extraña superstición fuera el motivo.

Eligió precisamente esa noche para pasarla con Dan porque al día siguiente no tenía competencia, ni entrenamientos. Quería hacerle sentir a Dan que se moría de ganas por estar con él sin tener que recurrir a la superstición como el motivo de su encuentro bajo las sábanas.

Casualidades imposibles (Jinx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora