Capítulo 4

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Las indicaciones de la carta de Harry eran tan claras como inquietantes. Hermione, Fleur y Pansy se desilusionaron perfectamente y se dirigieron al Gran Comedor con inquietud. Aquella noche, el Conserje parecía haberse esfumado. La carta solo decía que "Lo habían acostado", y Hermione no estaba segura de querer pedir más explicaciones. Bajaron las escaleras, mirando en cada esquina, y consiguieron llegar a la gran puerta de roble sin demasiados problemas. La siguiente instrucción de Harry fue lanzar un hechizo revelador sobre la puerta, cosa que Hermione hizo con cierta duda.

—Revelio.

La puerta de roble que parecía estar perfectamente sellada se deshizo por la mitad y un hechizo de ocultación del tamaño de toda la puerta se desvaneció, revelando la puerta unos buenos quince centímetros entreabierta.

—Bueno, —comentó Pansy, impresionada—. Están bien organizados.

Hermione asintió, reconociendo a regañadientes que era cierto, y cruzó la puerta, deseosa de dejar atrás cuanto antes cualquier riesgo de ser descubierta.

Con la carta de Harry en la mano, volvió a comprobar las instrucciones y corrió hacia el jardín, ya temblando de frío.

Ahora, la carta se estaba volviendo extraña. Harry había sugerido llevar algo pequeño, como un palo. Además, recomendaba detenerse a no menos de cinco metros delante del gran y frondoso sauce que había en el extremo opuesto del jardín. Hermione estudió el árbol, ligeramente impresionada. Tenía un tronco con una circunferencia al menos tan gruesa como una de las ruedas de su carruaje, y enormes frondas desnudas caían hasta el suelo.

—¿Qué dice ahora? —Pansy miró hacia el árbol.

Hermione arrugó las cejas.

—Dice que levitemos el palo bajo el tronco del árbol, y dice que deberíamos estar frente a una especie de "nudo". Dice que lo reconoceremos cuando lo veamos.

Fleur sacudió la cabeza.

—¿A lo mejor están locos?

—No, no estamos locos. Solo somos unos inconscientes. —La divertida voz de alguien se alzó desde el interior del árbol. Hermione casi saltó hacia atrás cuando las ramas parpadearon antes de congelarse—. Dame un segundo... aquí estamos, —la voz tranquila de Harry se hizo más y más fuerte a medida que se acercaba.

—¿Dónde estáis? —preguntó Hermione, entrecerrando los ojos.

—Mira hacia abajo.

Las tres volvieron su atención hacia el tronco y, antes de que pudieran avanzar, la cabeza y luego el cuerpo de Harry salieron de un agujero en la madera del que ella ni siquiera se había percatado. Se sacudió las ramas de la cabeza y se enderezó las gafas, sonriendo.

—Había imaginado que las instrucciones eran un poco complicadas para alguien no familiarizado con el Sauce Boxeador, así que pensé en venir a buscaros. Vamos, seguidme.

Hermione miró con desconfianza la entrada del árbol.

—Me voy a ensuciar el vestido, —comentó Fleur arrugando la nariz.

—Ginny es excepcional con los hechizos de limpieza, y una vez dentro el pasadizo es lo suficientemente grande como para estar de pie.

—¿A dónde conduce? —preguntó Hermione con curiosidad mientras cogía la mano que Harry le ofrecía y avanzaba para sentarse en el suelo, lanzando las piernas hacia el oscuro agujero.

—A la fiesta, por supuesto, —respondió, indicándole que se impulsara hacia abajo.

Hermione respiró hondo antes de impulsarse hacia delante y, para su sorpresa, cayó de pie. Avanzó unos pasos para dejar sitio a Pansy y a una reacia Fleur que se sacudió la falda en cuanto pudo. Harry pasó junto a todas ellas y sonrió al ver su expresión de sorpresa. Con un movimiento de su varita, encendió una docena de antorchas que iluminaron un pasillo estrecho y húmedo, pero lo suficientemente ancho como para que pudieran caminar en fila.

Triwizard Tournament - Dramione (Traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora