Piña para la niña

131 13 18
                                    

—Claudia yo...bueno, creo que es algo tarde—respondió Xóchitl.

—Hmm...¿recuerdas lo que me dijiste hace unas horas?—cuestionó Claudia entre una tierna y nerviosa sonrisa.

—¿Huh?—expresó Xóchitl algo confundida.

—Si...sobre tu perseverancia, quiero decir, creo que compartimos ese rasgo, y ahora yo tampoco quiero un 'no' como respuesta—dijo Claudia aún sonriendo nerviosa mientras frotaba su antebrazo en signo de esto.

Xóchitl rió con nerviosismo y de dio cuenta de sus palabras.

—Además, eso de la hermandad, debe comenzar de alguna u otra forma, ¿no?— insistió Claudia y a la vez cuestionándola.

—Bueno, bueno, tienes razón, yo dije eso y además, ya que insistes tanto, supongo que entonces si, acepto—respondió Xóchitl dándole un ligero golpe en el hombro a Claudia a modo de juego, entre risas.

—Así está mejor, ven, es por acá—indicó Claudia.

Finalmente llegaron al porche de la casa de Claudia, cuando de pronto Xóchitl observó con curiosidad y extrañeza como Claudia sacaba las llaves de su mochila y como abría la puerta por si misma.

—Oye, ¿y tus papás?,¿por qué abres tu la puerta?—cuestionó Xóchitl.

—Ah pues, lo que pasa es que mis papás se ausentan bastante seguido por su trabajo, de hecho, no quiero parecer egocéntrica pero, pensé que sabrías quienes son...o al menos mi madre—admitió Claudia algo apenada.

—Hijole, lo siento pero...ni idea, ¿debería?—cuestionó Xóchitl entre risas nerviosas.

—Nah, no te preocupes—negó Claudia con la cabeza—es solo que la gente normalmente se me acerca porque saben de mi mamá, de hecho, fue el caso de Jesús—admitió Claudia con una sonrisa nerviosa rascándose su cabeza.

—Ese Jesús, siempre tan superficial —expresó Xóchitl entre risas mientras se dio cuenta de sus palabras, la expresión de Claudia pasó de animada a algo confundida—digo, ¿qué?, no quise decir eso, lo lamento—volvió a hablar Xóchitl.

—No, no te preocupes—negó Claudia con la cabeza aunque el ambiente se tornó algo incómodo.

—Si bueno...deberíamos, ¿cenar?, ¿quizás?—cuestionó Xóchitl, con una mezcla de nerviosísimo y culpa—Claudia, la neta lo siento, no sé porque dije eso—Xóchitl recordó el tema.

—Xóchitl, te dije que no te preocuparas, ya está bien, estoy acostumbrada a que la gente me busque por eso—admitió Claudia regalándole una sonrisa más tranquila a Xóchitl.

Xóchitl, finalmente asintió con la cabeza y le devolvió la sonrisa a Claudia, aunque aún se encontraba algo apenada.

—Ya basta de culpas—mencionó Claudia—hay que cenar algo, aunque, te soy honesta...no soy la mejor cocinera—dijo Claudia entre risas rompiendo el tenso ambiente que las envolvía a ambas.

—Ay, no puedes ser tan mala haciéndolo, me refiero a el hecho de cocinar—dijo Xóchitl riéndose, dándose cuenta de su expresión.

Claudia elevó las cejas y también rió junto a Xóchitl.

—Vamos, sorpréndeme—agregó Xóchitl.

—Pues si insistes, haré mi mejor platillo—dijo Claudia con voz juguetona y sonriendo, con su dedo índice elevado y con su otra mano en la cintura, para después colocarse su delantal.

El tiempo transcurría y Xóchitl veía como Claudia cocinaba con algunas dificultades.

—¿Necesitas ayuda?—cuestionó Xóchitl—te veo muy atareada.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 01 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

El idioma de tus ojos (Clauchitl)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora