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Max despertó emocionado, hoy cumplía 97 días con Max.

 Aún no se podía creer como había acabado en una relación con la persona que lo tatuó en medio de la noche, habían conectado perfectamente, parecían hechos el uno para el otro.

 Luego de tres meses enteros juntos habían hecho cientos de cosas que Max  jamás habría considerado hacer antes, de esa forma acabó con cuatro tatuajes nuevos y una perforación en el lóbulo, si unos meses antes le hubieran dicho que acabaría haciendo todo eso se habría reído hasta desmayar. Comenzó a comprender que en realidad no era cobarde, sino que necesita a una razón para hacer las locuras que los demás consideraban comunes, su razón ahora era Sergio.

Antes de levantarse, tomó su celular para escribirle a su novio, se había acostumbrado a dejarle mensajes de buenos días al chico, ya que tendía a despertar antes que él.

 De esa forma comenzó su día con un desayuno ligero y una hora de juegos con su nuevo compañero; Jimmy , era un pequeño y adorable minino que Sergio había rescatado hacia algunas semanas atrás, pero al ser una persona que no pasaba mucho tiempo en casa Max pidió quedarselo. 

 Era un gato bastante juguetón y escurridizo, por momentos Max se olvidaba que lo había adoptado hasta que de repente aparecía bajo del sofá y trataba de cazar a sus pantuflas.

Cuando acabó, fue hasta el baño a cumplir su rutina de aseo en la que tenía que incluir los cuidados a dos de sus nuevos tatuajes.

 Había descubierto que le gustaba cualquier dibujo que Sergio creará mientras fuera pequeño, sencillo y bonito , esa era la razón principal por la que siempre acaba pidiéndole que le hiciera un nuevo tatuaje. 

-Tan tembloroso que estuviste la primera vez y ahora ruegas por más- Había dicho Sergio luego de terminar de hacer un último tatuaje en el brazo del chico.

 Mientras lavaba su rostro recordó que debía limpiar también la perforación en su lóbulo derecho. No tenía planeado hacerlo, pero luego de ver todos los piercings que tenía Sergio quizo probar también, aunque tuvo al chico toda una semana tratando de convencerlo para que se hiciera la perforación en el pezón, igualmente al final eligió su oreja.

 Aún recordaba la primera vez que vio a su novio sin camisa, Sergio solía bromear con el piercing en el pezón, pero jamás dijo que él mismo tenía uno. 

La mandíbula de Max se descolocó por completo cuando vio aquellla barrita de metal atravesar el rojizo pezón de su novio, sin contar los tatuajes que decoraban sus brazos y pecho, tatuajes que no sabía que existían, Sergio se los hizo sin decirle y solo para sorprenderlo.

Una ves terminó de arreglarse, salió y subiéndose a su bicicleta manejó hasta el local de Sergio, realmente no tenía una razón para ir allí más allá de las ganas de ver al chico. 

Al llegar, tuvo suerte de que su novio no se encontraba con un cliente, no tendría que esperar para tener su atención- Hola - canturreó sonriendo con su característica sonrisa.

-Hola bebé - Sergio saludó dejando de lado su libreta. 

Max trató de controlar su emoción al escuchar aquel apodo cariñoso, cada vez que se veían, Sergio lo llamaba de distintas maneras causando que su corazón bailará de alegría dentro de su pecho - Vine a...- se tomó algunos segundos para buscar una razón para su visita - ...comprar algunas joyas, si.

- Joyas? Aun no sana por completo - Sergio mencionó acercándose hasta el chico para observar la perforación - Pero me gusta que quieras comenzar a comprar accesorios desde ahora, Como van los demás amigos? - pregunto refiriéndose a los tatuajes.

𝓣𝓪𝓽𝓽𝓸 𝓢𝓱𝓸𝓹 (𝓒𝓱𝓮𝓼𝓽𝓪𝓹𝓹𝓮𝓷)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora