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Keeho se levantó de la cama con una sensación de pesadez en el pecho y decidió que no podría ver a Jiung ese día, mucho menos hablar con Taeyang de forma natural. Decidió enviarle un mensaje a Taeyang para explicarle su ausencia.

"Hola, Tae, lamento avisarte a última hora, pero me siento un poco enfermo hoy. No voy a poder asistir a las clases. No te preocupes mucho por mí, voy a estar bien."

Taeyang respondió casi de inmediato, mostrando su preocupación:

Taeyang: ¿Estás seguro de que está bien? ¿Necesitas que pase por tu casa para ver cómo estás?

Keeho dudó por un momento, el peso de la mentira pesando sobre él. En el fondo sabía que no podía aceptar la oferta de Taeyang sin sentir que estaba siendo deshonesto. De alguna forma, había estado pensando en Jiung durante toda la mañana, y eso lo hacía sentir extraño.

"No, no es necesario. Llamaré a mi hermana para que me acompañe al doctor. No quiero molestarte con esto."

Taeyang, conociendo bien a Keeho, notó la falta de sinceridad en el mensaje. Sabía que Keeho probablemente no llamaría a su hermana, decidió no insistir y aceptó la explicación con un mensaje corto y conciliador, en los últimos días había notado a Keeho bastante agotado, un día de descanso no le haría mal.

Taeyang: Está bien, cariño. Si necesitas algo, no dudes en avisarme. Cuídate. Te amo.

Con la conversación terminada, Keeho se sintió aún más incómodo. No era solo el hecho de haber mentido, sino la sensación de estar atrapado en una especie de burbuja emocional que no podía romper. Su mente seguía volviendo a la imagen de Jiung y al ridículo sueño que tuvo.

Se limitó a pasar el tiempo en su habitación, tratando de calmarse, y buscando algo en el televisor para ver.

El resto de la mañana transcurría lenta y pesadamente para Keeho. Se encontraba en su habitación, tendido en la cama con el control remoto en la mano, pero sin interés en la televisión que parpadeaba sin rumbo en la pantalla. Su mente seguía atrapada en el mismo torbellino de confusión y emociones extrañas, principalmente relacionadas con Jiung.

Justo cuando Keeho pensaba que el día pasaría sin más sobresaltos, su teléfono vibró en la mesa de noche. Lo tomó con una mezcla de curiosidad y desconfianza, y vio que era un mensaje de Jiung:

Jiung: Hola, Keeho, noté que no estuviste en la escuela hoy. ¿Estás bien? No has respondido a mis mensajes y me preocupé un poco. ¿Puedo ayudarte en algo?

Keeho se sintió nervioso al ver el mensaje. Aunque había intentado evitar pensar en Jiung durante el día, el mensaje despertó una avalancha de emociones. Respiró profundamente y decidió ignorar el mensaje, optando por sumergirse de nuevo en su intento de distraerse. Sin embargo, minutos después, el teléfono vibró de nuevo con otro mensaje de Jiung:

Jiung: Keeho, me gustaría saber cómo estás. Solo quiero asegurarme de que estés bien. Si necesitas algo o simplemente quieres hablar, estoy aquí.

Jiung era sincero, Keeho no podía evitar sentirse culpable por estar ignorándolo. A pesar de su deseo de mantenerse alejado, sintió que debía responder:

"Hola, Jiung, lamento no haber respondido antes. No hay nada de que preocuparse, solo me sentí un poco mal por la mañana y decidí descansar hoy, pero no es nada grave."

Jiung respondió rápidamente:

Jiung: Ojalá te sientas mejor pronto. Si hay algo que pueda hacer para ayudarte, por favor dímelo. Estaré pensando en ti.

Horas más tarde, mientras la tarde se desvanecía y la noche comenzaba a caer, Keeho estaba recostado en su cama, escuchando el silencio que llenaba su apartamento. De repente, escuchó un ligero golpe en la puerta de su habitación. Se levantó con esfuerzo y fue a abrir. Para su sorpresa, ahí estaba Jiung, sosteniendo un termo y con una expresión amable en su rostro.

― Hola, Keeho. ― saludo Jiung, con una sonrisa cálida. ― No quiero provocar molestias, solo traje algo que creo que te hará sentir mejor.

Keeho se quedó un momento en silencio, atónito por la presencia inesperada. Luego de unos segundos más se apartó para dejar entrar a Jiung.

― No tenías que venir. ― dijo, aunque su tono estaba cargado de una gratitud sincera. ― No es necesario que te preocupes tanto.

Jiung colocó el termo sobre la mesa de noche y se sentó en el borde del sofá, mirando a Keeho con una preocupación genuina. ― Tranquilo Keeho, solo me preocupé un poco y quise asegurarme de que estés bien.

Keeho se sintió un poco avergonzado, pero agradecido. ― Gracias, Jiung.

Jiung sonrió y señaló el termo. ― Es un té de hierbas que puede ayudarte a relajarte y a sentirte un poco mejor. Me dijeron que es bueno para el cansancio.

― En ese caso me vendrá muy bien, así que gracias.

Jiung se inclinó hacia adelante y tomó una pequeña taza que había sacado del termo, sirviendo un poco de té. Mientras lo hacía, Keeho notó la forma en que Jiung se movía con una cierta suavidad, como si intentara no hacer ruido, como si temiera perturbar el ambiente delicado que había entre ellos.

― Tómalo despacio, está caliente. ― dijo Jiung, extendiendo la taza hacia Keeho con una sonrisa reconfortante.

Keeho tomó la taza con manos temblorosas, sintiendo el calor del té a través del vaso.

― Jiung, no sé cómo agradecerte. Pero me siento mal por hacerte venir hasta aquí. En realidad, me siento bien, solo estaba un poco abrumado y necesitaba un poco de tiempo para mí.

Jiung asintió lentamente, comprendiéndolo. Se puso de pie y hablo con suavidad. ― Entiendo, Keeho. No quiero que te sientas incómodo, solo quería asegurarme de que estás bien. Si necesitas espacio, lo respeto.

Keeho miró a Jiung con una mezcla de alivio y gratitud. ― De verdad, gracias por venir. Lo aprecio mucho, y me has hecho sentir un poco mejor.

Jiung parecía estar a punto de decir algo más, pero en lugar de eso, asintió y se levantó. ― Está bien, Keeho. Si necesitas hablar o cualquier cosa, no dudes en decirme. Será mejor que me vaya por hoy, nos vemos.

Keeho sonrió débilmente, estaba siendo honesto, aunque en el fondo no quería decir adiós en ese momento. ― Gracias, Jiung. Nos vemos pronto.

Jiung salió del apartamento, y Keeho se quedó solo, sintiendo que la atmósfera en su pequeño apartamento estaba un poco más liviana. Volvió a recostarse en la cama con la taza de té aún en las manos, bebiendo despacio mientras pensaba en las palabras de Jiung.

Unos minutos después, su teléfono vibró nuevamente. Era un mensaje de Taeyang, como había esperado.

Taeyang: Keeho, sé que no fuiste al doctor hoy. ¿Puedo ir a tu casa mañana? Me gustaría hablar contigo y asegurarme de que estés bien.

Keeho miró el mensaje, sintiendo un pequeño nudo en el estómago. No quería mentirle a Taeyang ni siquiera un poco más. Decidió responder de manera sincera.

"No es nada serio así que creí que no es necesario visitar al doctor. Gracias por preocuparte. Está bien si vienes mañana."

Taeyang: Perfecto. Nos vemos entonces. Cuídate y buenas noches, te amo.

Keeho respiró hondo y sonrió ligeramente al leer el mensaje. 

"Buenas noches, Taeyang, también te amo."

Dejando el teléfono a un lado, Keeho se acomodó en la cama con la taza de té vacía al lado, mirando al techo mientras la confusión lo envolvía. ¿Por qué se sentía tan atraído por Jiung? La sensación de estar engañando a Taeyang lo estaba consumiendo. Pensó en cómo las palabras de Jiung en el sueño se habían convertido en un deseo real, algo que no podía ignorar.

yuanfen 𔘓 keeung + taeho.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora