chapter 02

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Después de aquel gran primer día, Eva y yo íbamos hacia la salida del Jose María.
Camilo, me había dicho pocos minutos antes que no iba a poder acompañarme a mi casa porque tenía "asuntos de hombres". Adicionalmente, me rogó que por favor no le fuera a decir a mi papá que me mandó sola, porque él bien sabía que lo cascaba.

-María del Mar - Me llamó Eva - ¿Y usted ahora que va a hacer?

-Pues Camilo me mandó para la casa - Dije - No tengo más para hacer.

-Usted a su casa no se va ahora, señorita - Aclaró Eva riendo - Camine, yo la invito a hacer algo. ¿Le gusta ir a cine?

-No Eva, fresca - Dije apenada - Yo mejor me voy a mi casa.

-Ay no, no se preocupe, Mar. Solo por hoy, hágale.

-Bueno pues, muchas gracias - La abracé y ella correspondió tiernamente - Ojalá mi papá esté bien ocupado trabajando - Dije riendo.

-¿En qué trabajan tus papás, Mar?

-Mi papá es taxista y mi mamá trabaja pasando ensayos universitarios a mano a máquina - Dije mientras salíamos por la puerta del colegio - ¿Y los tuyos?

-Pues mi papá es conductor de un ingeniero muy importante y... - Eva pausó varios segundos - Mi mamá murió hace tres años.

-Lo siento mucho, Eva - Dije algo apenada - Mala mía, se lo juro que no debí preguntar.

-Tranquila, usted no sabía. No pasa nada, ya estoy acostumbrada.

-Eva, ¿Y usted dónde vive?

Antes de que la rubia pudiera contestarme, vimos a mi hermano y a su grupo de lejos, caminando a paso rápido.
Agarré a Eva de la mano y la arrastré hasta alcanzar al grupito.

-¿Qué hubo? - Dije sonriendo - ¿Y a dónde van? ¿No invitan?

-Vamos a cine - Respondió Castro, con obviedad - Y ustedes no pueden ir porque no creo que la película que nos vamos a ver sea de su agrado, pailas.

-¿Qué se van a ver? - Preguntó Eva - Tranquilo que nosotras tenemos mente abierta.

-El pecado de las colegialas - Informó Camilo - En el imperio.

-Ah - Dije algo decepcionada de los malos gustos de mi hermano - Ya me la vi.

-¿Y le gustó? - Preguntó Pabon, tartamudeando.

-Malísima - Dijo Eva antes de que yo pudiera responder.

-Es puro porno sin argumento - Añadí yo.

-Efectivamente. Miren, chicos, yo acabo de invitar a Mar a ver una película nueva que salió en el cine - Comento la rubia - Es de un actor nuevo que se llama John Travolta y escuché por ahí que ese man baila como los dioses.

-¿De buena quieren que veamos una película de baile? - Se burló Castro.

Aunque no conocía muy bien a Castro, comenzaba a caerme mal. Era grosero, odioso, altanero, matón y alzado. Además, era especialmente burlesco con Eva y conmigo, pero en particular conmigo.

-¿Entonces quien se nos une al plan? - Dijo Eva - Tranquilos que yo invito.

-Yo voy - Dijo Arbelaez de primero. Creo que él era el que mejor me caía del grupo de Camilo, claro, dejando de lado a Salcedo.

-Hágale pues - Dijo Salcedo - Yo también voy.

Cuando Salcedo dijo esto, Castro inmediatamente rodó los ojos y empezó a lanzar comentarios incómodos al aire.

Finalmente, casi todos se apuntaron al plan. Menos Camilo y Castro, quienes decidieron ver la película porno de colegialas.

Pabon, Arbelaez, Salcedo, Eva y yo entramos a la sala de cine. El olor a maíz y mantequilla se extendía por todo el área.
Quería sentarme al lado de Salcedo, sin embargo, no quería verme lanzada o fácil, por lo que opté por sentarme en una silla al lado de Eva.
Cuando ya estábamos todos sentados y acomodados, Salcedo habló.

La Primera Mujer | Martín Salcedo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora