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-cuidate mucho- los dos amigos se abrazaron, dándose unas paladas en la espalda .- no seas como yo, si te enamoras no esperes dos años para decirnos

-dudo mucho que encuentre a alguien

-solo por si acaso -seguía la ultoma mes en tal vez un año qué los vería, no iba a ser fácil acoplarse a vivir en otro estado y eso, junto con su trabajo, le iba a quitar mucho tiempo, se separo de Satoru, estaba seguro qué era el último que tenía que abrazar para ya abordar el vuelo. Pero su mirada se desvió a la derecha del peli blanco, donde estaba Hitomi, sin pensarlo dos veces se acercó para despedirse de ella.

-ten muchísimo cuidado Suguru, no confíes en las personas de cuidad

-calma, no me voy a Nueva York

-de todas maneras, cuídate mucho y cuando puedas llámanos -sonrió

-lo haré - sin más, tomo sus maletas y solo miro atrás para despedirse una vez más de sus amigos. Así que abordo el avión que lo llevaría a otra parte del país, lejos de todo lo qué el conocía, lejos de su casa. Ya no pasaría por el mismo camino, no vería los mismos árboles o flores que se marchitarian y volvían a crecer. Pero se alegro, tal vez eso necesitaba para olvidarse por completo de Satoru.

Para poder curarse así mismo también

Al inicio no fue fácil adaptarse a su nueva vida, mudanza, trabajo; se llegó a perder varias veces en las calles, al no conocer nada y no le gustaba la idea de hablar con alguien

Pero como siempre Suguru era un trabajaron ejemplar, todo lo entregaba a tiempo y forma, el aumento fue de lo poco que le dieron en el trabajo, debido a si gran desempeño como empleado subió tanda vez más de puesto

Estaba en su cocina después de un cansado día de trabajo, comiendo algo rápido mientras veía la televisión. Pero si programa fue interrumpido por el repentino sonido del teléfono fijo. Dejó lo que estaba haciendo para contestar

-¿bueno?

-¿ya te estas olvidando de mi?, seguramente ya tienes a otro mejor amigo -por algún motivo Satoru Gojo no podía aprender a no responder sarcásticamente, pero no importaba, mínimo hacía reír a Geto

-eh estado ocupado

-ya veo, bueno, te voy avisando que el próxima semana tengo un viaje de negocios a San Francisco

-¿de verdad?

-si, así que más te vale que me muestres la cuidad

Suguru no lo había recordado, claro, ya llevaba más de un año ahí, dentro de algunos meses sería 1960. El tiempo pasaba tan rápido, ya iba otra sus 30, mientras que Satoru ya estaba en ellos

-te espero aquí -colgó, ni siquiera en fiestas decembrinas pudo ir a su casa, sería bueno ver a su mejor amigo otra vez, había pasado tanto, su mente estuvo ocupada por lo que tenia curiosidad de como reaccionaria al ver a Satoru de nuevo ¿será que ya no este tan enamorado de el? no lo sabe, pero eso es lo que espera; que al mirarlo no le den ganas de besarlo y abrazarlo para ver si así se pegaba a el como una maldita mosca, es lo que menos desea en esos momentos 

Asi que claro que se sentia nervioso cuando lo estaba esperando en el areopuerto, una semana despues de su llamada, pensando en qué si por algún motivo al verlo, vuelven las emociones que hace tiempo creía que había enterrado en un pozo, necesitaría toda su fuerza de voluntad para no hacer ninguna idiotes
Pero no fue así

‐¡Suguru! -volteo a sus espaldas, ahí estaba el, no había cambiado en nada, seguía igual de guapo, su semblante no cambió al igual que su sonrisa. -cuando tiempo

Danzando entre las flores [satosugu] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora