Jungkook tenía siete años y vivía en la lujosa casa de un hombre adinerado. Su madre trabajaba como sirvienta allí, lo que obligaba a Jungkook a residir en la misma mansión. A menudo, el pequeño se encontraba en la presencia del hombre rico, cuya mirada fría y altanera parecía casi indiferente a su presencia. En esos momentos, Jungkook se veía forzado a adoptar un rol similar al de su madre, contribuyendo en las tareas domésticas según las exigencias del entorno.
El problema era que Jungkook había crecido con una inclinación hacia la violencia. Desde pequeño, tenía el hábito de golpear a quienes no satisfacían sus caprichos. No se contentaba sólo con eso; mordía a los demás y pateaba todo lo que encontraba a su paso, arrasando con cuanto tocaba. Su madre estaba exhausta y preocupada, temiendo que el comportamiento de su hijo pudiera costarle su trabajo. Además, se encontraba sin un lugar seguro donde vivir.
— Mira, Jimin. — Dijo una vez el hombre rico, quien se encontraba junto a su hijo, quien en ese entonces tenía nueve años —. Este niño está loco.
— ¿Loco? — Preguntó Jimin, sus bonitos ojos mirando a Jungkook con curiosidad.
Había numerosos platos rotos esparcidos por el suelo. Jungkook se había lastimado las manos, que ahora estaban cubiertas de cortes profundos. Su mirada furiosa se mantenía fija en el hombre rico, como si toda su ira estuviera concentrada en él.
— Está mal de la cabeza, escuché de su madre que es como un animal. — Contestó el hombre rico, acercándose hacia Jungkook con un rostro apático —. Recoge esa cuchara, mocoso. — Dijo señalando una solitaria cuchara entre medio de los platos rotos.
Jimin estaba nervioso mientras observaba la escena frente a él. Había heredado la empatía de su difunta madre, lo que le impedía ver a las personas de la misma manera que su padre. Para Jimin, cada trabajador era una persona con sentimientos y sueños, no simples herramientas. Sin embargo, su padre los trataba de una forma fría y calculadora que siempre le parecía siniestra.
Gruñendo, Jungkook se negó con firmeza. Su cabello caía desordenado sobre su rostro, ocultando parcialmente su expresión de dolor. Los dientes apretados revelaban la tensión que sentía, y sus manos, heridas y sangrando, temblaban ligeramente, dejando caer gotas de sangre al suelo.
— Recoge esa maldita cuchara o dejo a tu madre sin trabajo. — Dijo nuevamente el hombre rico, y Jungkook tuvo que ceder, agachándose a duras penas, odiando cada segundo en el que tuvo que hacerle caso.
Entonces, el hombre rico le acarició la cabeza de una manera que podría haber sido destinada para una mascota. No había ni rastro de ternura en su toque. Pero Jungkook no se daría cuenta, pues nunca había sentido lo que era ser tratado con cariño.
— Buen chico, eres un chico bueno.
Desde ese día, Jungkook comenzó a encontrar tranquilidad en esa pequeña frase. Si alguien le decía que era un buen chico, su actitud cambiaba por completo. De repente, dejaba de comportarse como un torbellino y se volvía totalmente sumiso. Incluso esbozaba una sonrisa, y en raras ocasiones, llegaba a reírse de manera genuina, feliz por los aparentes buenos tratos del hombre rico.
Jimin sólo tenía nueve años, pero comprendía perfectamente lo que estaba ocurriendo, y no le gustaba en absoluto. Con la seriedad de alguien mucho mayor, decidió que era necesario hablar con su padre. Sabía que su padre pasaba largas horas en su estudio, ocupado con asuntos importantes, tanto que a veces Jimin tenía que pedirle una cita para poder verlo. No dejaba de parecerle una locura, pero no tenía otra opción. Se dirigió a la puerta del estudio y, con el corazón latiéndole con fuerza, solicitó hablar con su padre.
Cuando Jimin entró a la oficina de su padre, vio a Jungkook en el suelo, limpiando con esmero. Sus pequeñas manos movían el trapo con rapidez, y Jimin se dio cuenta de inmediato de que había estado trabajando desde temprano. El esfuerzo de Jungkook le sorprendió tanto que no pudo evitar dejar escapar un grito ahogado.

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IMAGINARIUM 狂気 KOOKMIN
FanfictionJimin empieza a trabajar en un manicomio como cuidador de Jungkook, un paciente conocido por su comportamiento violento y peligroso. A pesar de las advertencias de los otros empleados, Jimin decide enfocarse en ayudar a Jungkook a superar sus trauma...