Corazones Rotos

FIN

Lucifer

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Me despierto con un peso sobre mí, su olor inunda mis pulmones y sonrió antes de abrir los ojos y ver a la pelirroja sobre mí pecho. Su cara descansa en mi torso y un hilo de saliva le escurre por la boca mojándome a mí. Ruedo los ojos y vuelvo a sonreír, esta chica tiene cero estilo para dormir. Veo la mano que tiene descansando en mis partes y arqueo la ceja con su osadía. Poco a poco la retiro con pesar y se la dejo en el costado de su cadera, saco lentamente mi pierna de entre las de ella y acuesto su cara en la almohada. Me doy un baño y coloco mi ropa, desde ayer acomode las cosas que me llevare así que no saco nada de mi pent-house.

Salgo del departamento y voy al estacionamiento, Eider me lo cuidara mientras no estoy junto con Akantha, conduzco hacia el castillo para ordenar unas cosas antes de partir, el tráfico comienza a aglomerarse y me toca hacer alto cuando una señora pelirroja acompañada por una chiquilla igual a ella se cruzan frente a mí.

No podía despedirme de ella, ¿qué le iba a decir? tengo prohibido hablar de la misión y aparte que de que ya estoy cansado de tantas disputas y peleas.

En el fondo de mi sabía que tenía que dejarla ir en algún momento, pero también sabía que al hacerlo iba a dejar cierto vacío en mí.

Voy al castillo y dejo en orden todo en el despacho, le marco a René, le doy indicaciones, le pido que se encargue del hangar y de hacerlos funcionar los dos y me despido de él y de la tía Ana, hablo con Devil y le pido que cuide las catacumbas junto con Abel.

Nana llora al despedirse de mí y Ardal y Hugo me desean suerte, cuando vuelva ya estarán casados al igual que mi hermano, con una familia ya hecha. No le hable a Júpiter sobre Fiona y Ardal, no encontré el momento adecuado para hacerlo, pero me asegurare de que si salgo vivo de Irán, se lo aclarare cuando vuelva.

Llego al comando y alistó la única maleta que sacare de mi cuarto, los de inteligencia y camuflaje me entregaron las otras dos que me llevare con migo, antes de salir me siento en la cama a ver el sobrenombre que alumbra la pantalla de mi teléfono.

"Pelirroja"

Suspiro profundo y 13 Llamadas, hasta ahora van 13 llamas y no he respondido ninguna.

—Hola bombón —Emma entra a mi habitación y Júpiter cuelga la última llamada, lo apago para guardar el móvil en el cajón del buro de dormir ya que no me lo puedo llevar con migo.

«Hasta luego pelirroja, tal vez cuando vuelva a verte ya no sintamos nada el uno por el otro, y entonces nos veamos como dos desconocidos que jamás debieron de cruzarse en el camino»

Emma me ayuda con las cosas que faltan y salgo con la que decía ser mi novia y mi maleta lista, en la pista están mis superiores, mis amigos y Lorian, me acerco a Ebba, Abel y Eider.

—Cuídate mucho amor, aquí te vamos a esperar, tienes que volver sano y guapo ¿estamos?

Sonrió y me abraza con fuerza, le beso la cabeza y la suelto, los 2 cabrones que tengo de amigos también me abrazan. Nosotros 4 hemos compartido tantas cosas juntos, desde que éramos apenas unos críos nos convertimos en inseparables unos de otros.

—Necesito que vayas a mi pent-house, deje algo valioso ahí y no sé cómo está ahora —le susurro a Eider y se aparta molesto con migo.

—¿A qué te refieres?

—Ella está ahí, ve.

—¿Por qué eres tan crabón? —le palmeo el brazo, si ya sabe cómo soy ¿para qué se asombra?