El amor es dejar de pensar y empezar a sentir.
El amor es la suavidad de tus manos acariciando mi rostro, aunque no estés conmigo en estos momentos.
El amor es desprender las saetas de mi corazón y curarme con la calidez de tu pecho, con cada beso, con cada abrazo y con cada palabra de tu boca que no sabe más que hablar con tiernos poemas.
Porque de nada me sirve descubrir y conquistar hasta la superficie del astro más lejano si no es contigo, a tu lado, tomando tu mano y riendo como un tonto de tanta felicidad.
Te amo y no puedo negármelo, ni aun usando los razonamientos más complicados y pensando en todas las posibilidades habidas y por haber, te amo en este preciso instante y quiero que el presente sea eterno, mirando tus ojos y disfrutando tu sonrisa de niña inocente para siempre.