Parte 6

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Billie me dejó en casa sin decir ni una sola palabra. No me vio, no me abrió la puerta, no se despidió. Simplemente me dejó ahí y arrancó el auto a toda velocidad.

Al día siguiente apenas pude procesar lo que había pasado y entender un par de cosas:

1. A Billie de verdad le había llamado la atención todo lo que hacia.

2. No era inmune a nada y me deseaba tal vez antes de lo que yo pensaba.

3. No era mentira cuando sentía que su cuerpo tenía reacción hacia mi en algún momento.

4. Acababa de iniciar algo peligroso que definitivamente no quería parar.

Llegué a la oficina con mi papá esta vez y volví a llegar tarde. El se fue a su oficina y yo me fui a la de Billie. Antes de tocar la puerta repase cómo me veía, acomode mi sostén, mi vestido y mi cabello, para verme bien. Una vez lo hice solté mucho aire por la boca y toque la puerta demasiado nerviosa pero decidida.

—Pase

—Hola, hoy fueron 10 minutos, lo siento, me costó entrar en este jodido vestido, ¿Quién inventó este tipo de cierres? —me queje sentándome frente a su escritorio

Ella me dio una muy pequeña sonrisa que hizo que me relajara un poco.

—Aquí —indicó señalando el escritorio con la barbilla.

Le obedecí inmediatamente, caminé hasta ahí y ella me indico que me sentará en el escritorio.

—¿No se supone que no debo tocar tu escritorio?

Billie sonrió de lado, con malicia.

—¿Tu crees que un escritorio me interesa si tu estas sentada encima de él?

—Ay -murmuré sentándome- Voy a pensar que realmente le gustó, señora Oconnell.

Soltó un gruñido seductor y puso cada una de sus manos en cada una de mis piernas y las abrió delicadamente poniéndose en medio de ambas.

—No me gustas -dijo— te deseo ________.

Una oleada de nerviosismo y placer me recorrió cuando dijo eso.

—Necesito saber —dijo entonces— ¿Te arrepientes de anoche? —preguntó viéndome directo a los ojos

Sus manos estaban sosteniéndome firmemente por la cintura y por la intensidad de sus ojos supe que lo que dijera a continuación marcaría mi destino y no tuve ni un poco de miedo a mi respuesta.

—Ni siquiera un poco —dije con seguridad

Sus dedos aterrizaron en mi mandíbula, cuando la levantó dejando mi cuello al descubierto su respiración golpeó mi carne sensible haciéndome suspirar.

—Billie... —solté sin aliento

—________ —su voz estaba ronca— ¿Quieres jugar sucio? —preguntó pasando su nariz por mi cuello en una caricia tentadora

—No soy estupida, no pienses que me estoy ilusionando contigo solo porque me diste un orgasmo —lleve mis manos a sus hombros y la aleje para mirarla a los ojos—Solo quiero jugar y por la forma en que me miras ahora se que también quieres.

—Habrá reglas

Billie estaba cediendo a esto. Realmente estaba pasando

— Siempre las hay —contesté

—Primero, yo no doy besos en los labios —me acarició el cuello con los labios.

— ¿Por qué no das besos? —pregunté solo por curiosidad

La socia de papá | Billie Eilish G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora