ᯓ ꩜ ˢᴸᴬˢᴴᴱᴿˢ ᵀᴿᴬᴰᵁᶜᵀᴵᴼᴺˢ ꩜ᯓ

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⋅˚₊‧ 𐙚 ‧₊˚ ⋅ Thomas Hewitt
ʷʳ: ˡᵉᶜᵗᵒʳᵃ ᶠéᵐⁱⁿᵃ, ⁿˢᶠʷ

ᯓ★୭˚. ᵎᵎ

Apenas lograste escapar del supuesto agente de la ley, y tus amigos no tuvieron tanta suerte. Fueron perseguidos hasta la guarida de un gigante armado con una motosierra.

"Vamos, Tommy" animó el sheriff al gigante. "Igual que en el matadero."

Las pesadas cadenas se agitaron y uno de tus amigos jadeó.

"Buen trabajo", elogió el sheriff.

Mientras ellos estaban distraídos, te escondiste en un cobertizo cercano. No te atreviste a ir muy lejos: te habías topado con demasiados peligros en la propiedad como para confiar en tu equilibrio y no podías arriesgarte a llamar la atención. En cambio, te quedaste sentado allí en el cobertizo, paralizado, escuchando cómo masacraban a tus amigos. Uno por uno, sus chillidos se volvieron animales hasta que un golpe húmedo o el revoluciones de un motor los interrumpieron. 

Finalmente, no hubo más gritos.

Acurrucado en un rincón del cobertizo, intentabas mantener la calma. El cobertizo era del tamaño de un dormitorio pequeño. Había montones de leña por todas partes (algunas recién cortadas, otras podridas) y el suelo estaba cubierto de heno.

Llevabas una camiseta sin mangas y unos pantalones cortos con unas botas vaqueras que te hacían sentir como un idiota. Tenías savia en las rodillas por haberte arrastrado por la madera. Respirar profundamente no hacía más que llenarte la nariz de cedro; era solo cuestión de tiempo antes de que te encontraras con tu destino. Te quitabas astillas de las manos mientras repasabas la persecución en tu mente. Empezaste a sentirte seguro de que 'Tommy' te había visto correr hacia el cobertizo. Si ese era el caso, no sabías por qué te había dejado ir. Solo podías suponer que ya tenía las manos ocupadas.

"¿Crees que los tenemos a todos, hijo" preguntó el sheriff.

Tommy gruñó.

“Ese es mi muchacho”, concluyó el Sheriff.

...

Se acercaba el anochecer. Poco después de que el sheriff se fuera, se oían pasos cada vez más fuertes en dirección al cobertizo. El corazón te latía más fuerte con cada paso. La puerta destartalada se abrió de golpe levantando una nube de polvo. La silueta de Tommy consumió casi toda la luz del día que quedaba.

El marco de la puerta habría sido lo suficientemente alto para la mayoría de los hombres, pero Tommy tuvo que agacharse para entrar. Llevaba un hacha. Cada paso que daba sacudía toda la estructura. Su respiración era ruidosa, su boca colgaba abierta debajo del cuero que cubría su nariz. La máscara parcial también cubría su barbilla, pero no su boca. Estaba sujeta con dos correas detrás de su cabeza anidadas en un espeso cabello castaño que le caía sobre los hombros.

Se acercó a ti con cautela y se detuvo cuando estuvo a un brazo de distancia. Gimoteaste, con las rodillas pegadas al pecho. Él olfateó a tu alrededor como un animal. Luego se apartó un mechón de pelo de los ojos y viste un destello de incertidumbre en su mirada. Intentaste recomponerte, preguntándote si tu miedo podría desencadenarlo. 

Se arrodilló para verte mejor. Extendió la mano hacia ti y tú saltaste. Él gruñó y levantó un dedo enorme a menos de dos centímetros de tu boca, diciéndote que te callaras.