-"Silencio, Kageyama. No digas nada. Te voy a conseguir un cenzontle."-
-"¿Y cuándo ese cenzontle muera?"-
-"Entonces encontraré otra manera de hacerte feliz."-
Kageyama Tobio tiene una "maldición".
Él no puede sonreír.
No importa lo feliz que est...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-¡Kageyama, mira! ¡Un cenzontle!- Dijo apuntando a un árbol.
Un nuevo día, un nuevo intento de Shoyo de hacer sonreír a Tobio.
-¿Te gustan los cenzontles? ¡A mí me gustan mucho! Cantan muy lindo...- Dijo, viendo al ave. -Cantan lindo.- Dijo sin prestarle atención.
-¡¿Te gustan? ¿Un cenzontle te puede hacer sonreír?!- Dijo emocionado. -No me gustan, pero sé que cantan bien.- Dijo con una expresión estóica. Shoyo agachó la cabeza.
-Ya veo...-
Ambos se rodearon de un silencio absoluto.
De pronto, Kageyama se sintió culpable. ¿Lo había hecho sentir mal?
¡No, espera! ¡¿Qué importaba lo que sintiera la pulga?!
-Hinata...- Susurró, antes de ser interrumpido. -Shh, Kageyama, no digas nada. Te voy a regalar un cenzontle.- Le dijo aún viendo el cielo. -¿Y cuando el cenzontle se muera?- -Entonces encontrare otra manera de hacerte sonreír.- Le dijo con esa sonrisa.
Los labios de Kageyama se sentían raros. Sentía cosquillas.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.