Capítulo 1

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Daniel Holworth, jugador del equipo de baloncesto, guapo, con ojos color azul celeste de piel bronceada, cabello castaño, muy inteligente, el típico chico popular de la preparatoria de Harvard, todas las chicas babeando por él, para todas el es perfecto.

Así es como lo describen todos...

Para mi el es el patético nerd, queriendose ligar a todas las chicas del campus, la verdad esque se me revuelve el estomago cada que lo veo, para mi suerte va en mi clase.

Yo Gissele Wolff, una chica de tan sólo 17 años teniendo demasiados problemas, muy rebelde por cierto, teniendo a mi mejor amigo Zac, nunca eh tenido un novio por lo que no me eh sentido atraída por alguien, todos los hombres son iguales de inmaduros para mi gusto, mi madre una mujer que siempre tiene trabajo y nunca tiempo para mi, lo cuál no me importa en lo absoluto.
Soy la que no habla con nadie en el colegio, una obsesionada por las apuestas.

Hola Giss! - me saludo Zac.

Hola cabeza hueca - lo saludé.

Como esta la chica mas hermosa del campus? - dijo sarcásticamente.

Eres un idiota - le dije dándole un zape en la cabeza.

Que harás esta noche? - preguntó.

Nada importante, lo de simpre - dije - deteniéndome en mi casillero.

Que te parece hacer algo distinto? - dijo.

A que te refieres con algo distinto - dije haciendo énfasis en distinto.

Ya sabes... - me dijo hacercandose a mi oído.

De acuerdo, en el gols a las 7:00 - dije cerrando mi casillero.

Ok - dijo giñandome el ojo.

Camine hacia la salida dirijiendome al aparcamiento, saque las llaves de mi bolso y me subí en mi moto.
Cuando llegue a casa no había nadie por lo que no me extrañaba, subí a mi habitación y me puse algo cómodo para ir a entrenar, nadie ni siquiera Zac sabía que jugaba tenis.

Hola Matt! - saludé a mi entrenador.

Que tal Giss - dijo levantando la mano.

Con quien toca hoy? - pregunté agarrando mi raqueta.

Jonh! - gritó al chico que estaba sentado en la banca.

Que paso? - dijo el chico agitado - ya que había cruzado la cancha para llegar.

Hoy tu compañera será Giss, es buena chica - dijo agarrándome del hombro.

Matt odio que hagas eso y lo sabes - dije frunciendo el ceño.

Cálmate Giss - me dijo soltando una carcajada - Bien a jugar.

Camine hasta mi lugar y lancé la pelota, cómo siempre yo había ganado después de haber jugado 2 hrs, estaba agotada.

Buen juego Wolff - dijo dirijiendose hasta donde estaba.

Losé Matt - le dije.

Eso fue todo por hoy, pueden irse - dijo Matt, dejándome atrás.

Agarre mi raqueta y la pequeña maleta.

Que bien juegas - escuché una voz de tras mio.

Alguien tocó mi hombro, voltee y era Jonh.

¡Que te pasa imbécil! - dije alterada.

Yo lo lo siento - dijo.

La verdad esque no me agradaba la idea de hacer amigos, nadie me soportaba ni siquiera yo misma, nose como Zac podía hacerlo.

Me dirigí a las duchas, estaba sudando y odiaba hacerlo. Cuando termine me puse la misma ropa que traía, se me había olvidado traer ropa extra así que decidí ir a casa para cambiarme.

Ya eran las 6:30 y yo apenas iba llegando a casa, tome una blusa negra y un pantalón negro junto con unas zapatillas del mismo color, me agradaba vestir de negro.

Salí y me subi en mi moto color negra, el negro era mi color preferido, conduci a gols dónde ya estaba Zac, sentado en una de las mesas del lugar, era un restaurante pero pocos sabían que había una parte secreta en el lugar donde hacían apuestas y todo lo relacionado.

Camine dónde estaba Zac.

Ya estoy aquí - dije sentándome enfrente de dónde estaba Zac.

Si, ya lo noté - dijo riendose.

Ok, y? - dije torciendo la boca.

Juguemos! Pero ahora será distinto... - dijo.

Como? - le dije mientras veía a unos chicos llegar, que jamás había visto en ese lugar.

Bien, te retare a hacer algo - dijo levantando la ceja.

A que te refieres? - pregunte.

Recuerdas a Daniel? - dijo.

Daniel Holworth? - dije en tono más alto.

Así es, tendrás que enamorarlo - dijo dándole un sorbo a su bebida.

Que?? A ese nerd? Ni que estuviera loca! - dije alterada levantando los hombros.

Ok, si no lo haces todos sabrán tu secreto Gissele Wolff - dijo muy seguro poniendo las manos sobre la mesa como si fuera un experto en esto.

Que secreto? Yo no tengo secretos! - dije poniendo los ojos en blanco.

Sabes bien de que hablo Gissele - dijo frunciendo el ceño.

No, nose de que me estas hablando - le dije agarrando mi bebida.

Hoy a las 4:00, te suena? - dijo muy seguro, haciendo que me pusiera nerviosa lo cuál no era común en mi.

Como sabes? - dije poniendo las manos sobre la mesa.

Pase por ahí y te vi jugar, te veías muy sexy - dijo burlonamente.

Eres un estúpido, era algo muy íntimo - le dije frunciendo el ceño.

Era Wolff, entonces harás lo que te dije o todos sabrán tu secreto - dijo haciendo énfasis en secreto.

Ok, lo haré - bufe y puse los ojos en blanco.

Me amarás por esto, losé - dijo riendo.

Idiota - le dije - Oye cambiando de tema habías visto a esos tipos antes? - dije dirijiendo la mirada hacia ellos.

No, jamás los había visto - dijo mientras los miraba.

Que raro, nadie sabe de este lugar - dije pensativa.

Si, es raro pero no importa pedirás algo? - dijo - cambiando de tema como si me estuviera ocultando algo, trate de no darle importancia yo tampoco.

No gracias, es tarde iré a casa - dije.

Tu diciendo eso? Enserio Giss? - dijo - Tenia razón yo nunca me preocupaba por que si era tarde, pero esos tipos me incomodaban.
Si Zac, estoy algo cansada - mentí.

Bien, salúdame a tu sexy hermana - dijo giñandome el ojo.

Idiota - dije caminando hasta la salida.

Cuando llegue a casa estaba mi madre sentada en el sofá, la ignore y seguí hasta mi habitación, pero escuche una voz.

¡Gissele! - grito mi madre.

¿Que quieres? - dije caminando hacía ella.

Mañana llegara tu hermano - dijo.

Si, esta bien - dije sin importancia.

La verdad esque Kelvin era el único en el que podía confiar, era al que le contaba casi todo sobre mi, lo quería mucho y Hanna mi hermana mayor la odiaba con todas mis fuerzas, era tan presumida y fresa que me daban ganas de darle un zape para que reaccionara.

Subí a mi habitación, cerré la puerta y me tire a la cama, me puse mi ropa de cama y levante las cobijas para dormir.

Pero no podía dormir porque aún seguía pensando en los tipos del gols.

Sonó el despertador, lo odiaba.











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