Capitulo 1

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Unos años atrás de la actualidad, veíamos a nuestra protagonista vestida con los colores de la infancia, y con un peinado que denotaba sencillez y amor por parte de su querida madre, que iba a su lado de la mano con el padre de la niña.

Ella no era hija única. Su hermano mayor y su hermanito recién nacido habían quedado en casa al cuidado de su abuela.

El padre de la familia tenía que viajar en avión de vez en cuando por sus negocios, y esta vez, como era de costumbre, llevó a su esposa y a su pequeña hija Keila.

La pequeña, aunque veía normales los viajes en su vida diaria, nunca dejaba de admirar la grandeza e imponencia de los aviones, algo que los adultos no reparan jamás, pero... Es la magia de la niñez ¿Verdad?

Al subir al avión, se pronosticaba un tiempo excelente para el vuelo, por lo que nadie se preocupó por siquiera dudar que llegaría a destino...

El viento suave parecía prometer y anunciar un vuelo de las mil maravillas, pero el destino se encargó de corregir su error.

Una parvada de aves, un motor en llamas y unas máscaras de oxígeno interrumpieron el pacífico sueño de los pasajeros en plena noche.

El temor y el caos hizo esperar unos segundos hasta que los pasajeros se dieron cuenta del peligro. Luego los gritos estallaron por todas partes, señalando una auténtica desesperación.

Todo lo que siguió fue rápido, la gente, en vez de obedecer las indicaciones de las personas del avión, hizo lo que sea para sobrevivir de alguna manera, aunque, sin saberlo, sentenciaban a casi todos a una muerte segura.

Uno de ellos, arrastrado por los impulsos de supervivencia, abrió la puerta del avión. La mayoría de nosotros sabe lo que eso significa. La diferencia de presión del interior y el exterior era tan abismal, que muchas personas fueron disparadas hacia el exterior del avión

Todo este caótico espectáculo desfilaba frente a los ojos de la pequeña Keila, que miraba horrorizada, desde los brazos de sus padres la amenaza de la muerte.

Su padre, con preocupación, pero con prudencia, se sentó junto a su familia y procuró que las dos tuvieran cinturón de seguridad. Luego lo peor comenzó.

Ya el personal había recibido la noticia de que habría un aterrizaje forzoso, lo cual les dio una expresión de preocupación mientras comunicaba las medidas necesarias. Pero una vez más, el miedo, demostró la fuerte estupidez que puede infundir.

Los pasajeros desesperados, trataron de entrar a la cabina de control, ya confirmando la perdición de la mayoría.

Entre tanto pasaba todo esto, nuestra familia en cuestión estaba unida a pesar del miedo.

-Papi... Tengo miedo...-Dijo, temblando, la niña.

Su padre hizo un esfuerzo para darle una cálida sonrisa a su pequeña.

-Ya lo sé, mi pequeña... Pero sea lo que sea que pase tu mami y yo estamos aquí- volteo a mirar a su esposa que hacía lo posible para mantener la compostura.

La madre sonrió, pero sin la misma habilidad que su esposo para ocultar su miedo.

-T-todo tiembla... como cuando tu papá ronca ¿No? -Dijo tratando de desviar el foco de la conversación.

-S-si...- dijo la niña sin demostrar tranquilidad, pero sí su valentía.

-J-jaja... No r-ronco tan fuerte...-el papá trato de mantener la conversación con el mismo tono, con un poco más de éxito.

-No, claro que no... —dijo la niña de buena gana y sacudiendo el temor—Tú lo haces más fuerte.

Esa sensación duró menos de unos segundos ya que una explosión hizo estremecer todo el avión. El silencio inundó todos los rincones, callando a todos los presentes, expectantes de lo que podía pasar.

De repente la gente que no tenía cinturón comenzó a elevarse... estaban perdiendo altura.

Todos sabían lo que venía, pero no todos reaccionaron igual. Unos se desmayaron, otros comenzaron a rezar y otros gritaban desesperadamente.

La familia al entender lo que pasaba se abrazaron...

-Keila... Lo que sea que pase, recuerda siempre que te amamos...- dijo el padre con lágrimas en sus ojos.

-S-si...-dijo la niña que, aunque su mente infantil no le permitía comprender absolutamente todo, pudo comprender que ese era posiblemente el último momento con sus papás- Yo también los amo...- ella abrazó a sus papás y busco su protección justo antes del impacto.

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-Mmm...- un dolor punzante despertó a la niña en un lugar desconocido para ella, rodeada de gente que la miraba

-Ya despertó...- oyó decir cuando estableció con claridad sus sentidos.

Se incorporó y miró a su alrededor tratando de sacar algo en claro con su cerebro confundido.

-Niña... ¿Sabes lo que te paso? - dijo un hombre con una cicatriz que atravesaba su rostro de manera diagonal, con piel arrugada por el sol.

Ella lo miró sin comprender y solo dijo unas palabras en voz baja

- Recuerda siempre que te amamos...- Las lágrimas recorrieron sus mejillas sin razón, por más que lo intentaba no lograba recordar lo sucedido o la procedencia de esas palabras -Recuerda... siempre que te amamos... 

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