Enfermo.

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Como el buen novio que era, estuvo todo el día ayudando a su querido Barinas, quien se encontraba con fiebre. Echado en la cama y con dolor de cabeza, junto con malestar en el cuerpo y en la garganta. Por ello, Apure, estando un poco ocupado por los papeles que tenía que llenar (todo debido al Gobernador) se tomó un tiempo para poder cuidar de su pareja.

–Debiste haberte quedado en la casa...

Murmuraba el apureño mientras colocaba un agua a hervir para una de los tantos guarapos que solía preparar en caso de enfermedades como éstas, o malestares. Estaba molesto, aunque él intentaba no dejarse llevar por esas emociones tan negativas.

–Sabes que esas lloviznas le caen mal a uno, más a tí. Eres un indio para agarrar gripe –Era claro su desagrado, pero no lograba nada en regañar a su pareja.

Barinas, por su parte, sólo cerraba los ojos y se maldecía internamente por haberse mojado en la lluvia. Pero quién lo culpaba? Él sólo quería agarrar ese galápago que había visto cerca del río. No lo atrapó y se enfermó.

–Perdón... –Su voz salía con esfuerzo, ronca y áspera, notandose el malestar que tenía.

Suspiró, resignandose y yendo hacia su pareja, quien estaba en el chinchorro, con tres sábana encima mientras temblaba por los escalofríos provocados por las fiebres. No podía ser tan cruel con aquel barines que le alegraba sus días y los llenaba de flores coloridas y de olor agradable.

Era impresionante como él, ese andino enfermo que estaba con fiebre, era capaz de cambiar su humor a uno más calmado. Era como si le hubiese caído un hechizo de amor, como los que relataban esos cuentos infantiles.

–Sortario tú que te quiero, si no, te hubiese dejado morir –Pasó su mano por la cabeza del barines, acariciando sus rulos.

Debía ser comprensivo con él; estaba enfermo y débil, hasta le daba cosita levantarle la voz, sentía que le iba a hacer un daño irreparable.

–Yo sé que tú me quieres, amor... –Decía tan confiado, como si tuviera todas las respuestas a cada una de las incógnitas que Apure tenía en su cabeza.

–Sí, ajá... Mejor descansa –Dejó una última caricia en los cabellos de su novio, escuchado una risita por parte de él.

Ese llanero sería su perdición, lo tenía tan enamorado que era difícil no amarlo incluso cuando estaba enfermo.

Díganle a mi mamá que si hija está loca, AAAA.

Wattpad es mmgvo, me borró el libro anterior, así que haré uno nuevo, KSKSWKDK.

Está mierda el one-shot pero es lo que hay.

Amor En El Llano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora