𝐗𝐈𝐈

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❝ ¡Atención!

𝐄𝐬𝐩𝐞𝐫𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐭𝐞 𝐠𝐮𝐬𝐭𝐞 𝐦𝐮𝐜𝐡𝐨. 𝐍𝐨 𝐡𝐚𝐛𝐫𝐚́ 𝐢𝐦𝐚𝐠𝐞𝐧 𝐚𝐪𝐮𝐢́. Se me olvido hacerla, ahí me disculpan. Para la próxima actualización saco la imagen, ¿ok?

𝐂𝐨𝐧 𝐞𝐬𝐨, 𝐞𝐬𝐩𝐞𝐫𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐭𝐞 𝐠𝐮𝐬𝐭𝐞, ¡𝐝𝐢𝐬𝐟𝐫𝐮𝐭𝐚!

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─ ¿Ya te tienes que ir? ─ dijo el rubio con un lindo puchero en sus labios rosaditos, mirando al mayor con una expresión de tristeza.

Sergio asintió, sintiendo un nudo en su pecho al ver a Max tan adorable y melancólico. Se inclinó y besó la punta de su nariz con ternura.

─ Sí, amor. Ya es tarde y tengo que madrugar mañana ─ respondió Sergio suavemente, acariciando el rostro de Max con el pulgar.

Max suspiró, abrazándose a Sergio con fuerza por un momento más.─ Te voy a extrañar. Hoy fue tranquilo, te lo agradezco. ─ murmuró, apoyando su frente en el pecho de Sergio.

─ Yo también te voy a extrañar, Max. Pero te prometo que te veré pronto y gracias por esto.─ dijo Sergio, envolviéndolo en un abrazo cálido─ . Descansa bien, ¿sí?

Max asintió, aunque con reluctancia, y levantó la cabeza para mirar a Sergio a los ojos.

─ Está bien. Pero vuelve pronto. Mi hermana quiere saber más de mi novio al igual que mamá, incluso papá. ─ dijo, esbozando una pequeña sonrisa.

─ Siempre, mi amor ─ contestó Sergio, dándole un último beso en los labios antes de levantarse para irse.

Se dirigió hacia la puerta, mirando una vez más a Max antes de salir.─ Buenas noches, amor. Te amo.

─ Buenas noches, Sergio. Yo también te quiero ─ respondió Max, observando a Sergio mientras salía, sintiendo ya el anhelo de su presencia.

Cuando la puerta se cerró, Max se recostó en la cama, abrazando la almohada que todavía tenía el aroma de Sergio, y cerró los ojos, esperando con ansias el próximo encuentro. Eran aproximadamente las 10 y Max decidió dormir un poco, esperando que alguien más llegara, como su padre, su hermana o su madre. Sabía que su hermana probablemente no volvería hasta el día siguiente. Sin embargo, escuchó la voz de su padre acercándose.

─ ¿Max? ─ llamó su padre desde el pasillo.

─ Aquí, papi.. ─ respondió Max adormilado, levantando la cabeza de la almohada.

Jos entró en la habitación, su rostro más suave que antes.─ ¿Todo bien, Maxie?

Max asintió, sentándose en la cama.─ Sí, todo bien, papá. Solo estaba descansando un poco.

Jos asintió, acercándose y sentándose en el borde de la cama. Su hijo era una ternurita, lo ama mucho.─ Sergio parece un buen muchacho. Te hace feliz, ¿verdad? ─ preguntó Jos severamente, mirando sus propias manos.

─ Sí, papi. Me hace muy feliz ─respondió Max, sonriendo con sinceridad.

Jos suspiró, mirando a su hijo con ojos llenos de ternura y preocupación.

𝐓𝐇𝐄 𝐁𝐄𝐓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora