Capítulo dos

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Al día siguiente,no me desperté como de costumbre,si no por el maldito móvil que no paraba de sonar.
-¿Si?-contesté medio adormilada.
-¡Alexandra!¡¿eres tú?!-era Regina y,parecía muy disgutada por la forma en que me hablaba...
-Sí,claro,¿Qué ocurre?-pregunté apurada pero, por la voz que puse,parecía que estaba más preocupada de lo que quería parecer.
-¡Es Henry!¡Estamos en el hospital!-contestó Regina al borde de las lágrimas.
Pero,antes de que siquiera me despidiera, se cortó la llamada.
Tras haber hecho todo lo que tenía que hacer,nos dipusimos mis padres y yo a ir al hospital.El trayecto,no fue muy tranquilo,por mi parte.De vez en cuando gritaba a mi padre para que fuera más rápido, pero después,le regañaba porque casi se colisionaba nuestro coche.¡Los que acabaríamos en el hospital seríamos nosotros!
Nada más llegar,corrí hasta donde se hayaba una enfermera con todo tipo de medicamentos.
-Disculpe,¿sabe donde se encuentra la habitación de Henry Mills?
-Sí,justo iba a llevarle esto-dijo levantando sus diminutas manos,que iban a explotar en menos de lo esperado,por la tanta medicina que se encontraba en ellos.
-¿Se encuentra tan mal?-dije lo más preocupada posible.
-Tranquila,solo se desmayó,esto es lo único que necesito llevarle contestó levantando(como pudo) una bolsa con unas cuantas galletitas saladas-Esto le elevará la presión sanguínea y se encontrará mejor.
-Si quiere puedo llevársela yo-Me ofrecí,no quería que cuando estuviera hablando con él,hubiera alguien cerca.
-Oh,gracias-me dijo con una sonrisa,sin mostrar sus dientes,parecía una muñeca de porcelana andante pero,con un moño bastante desaliñado.Tenía unos ojos que,cualquiera de los allí presentes,dirían que estaban hechos de un cristal metalizado-está en la habitación 21.
-Gracias,deberás.
-Lo siento,se que no es de mi incumbencia pero,cualquiera diría que sientes algo por ese chico.
-Puede que tenga razón-no quería seguir hablando de este tema y,menos con una fermera a la que nunca había visto.
-lo siento,tengo que irme-mostré mi sonrisa verdaderamente falsa.
Salí corriendo de allí en busca de,la habitación número 21.Cuando llegué, respiré hondo y me contuve por no entrar repentinamente y abrazarlo.Entre.
-¿Henry?
-Ale-alexandra-casi se atragantó con unas patatas,las cuales no tenían muy buena pinta.Parece que roban comida de los aviones.Me reí interiormente,por el comentario que había dicho hace pocos segundos en mi cabeza.
-¡¿Te encuentras bien?!-dije corriendo hacia él,para darle golpecitos en la espalda para,que escupiera esa comida a la que llamaban patatas.
-Sí,tranquila-dijo con un hilo de voz.
-¿Que ocurre Henry?-pregunté abriendo cada vez más los ojos,al haber escuchado su respuesta.
- Nada, sólo que hace un rato,un chico llamado Killian,nos buscaba a los dos porque decía que nos tenía preparada una sorpresa en su barco.
-¿Killian?-pregunte demasiado dudosa diría yo.
-Exacto-respondió muy seguro de sí mismo por saberse el nombre,del dueño cuyo barco nos esperaba.
-¿Te dijo cuándo?¿Dónde?
-No,lo único que me dijo,más bien me susurró que nos esperaba en él.Así que supongo que tendremos que ir al puerto,después de salir de aquí.
-Ok-le dije acercándome a su camilla.
-Alex,tengo que hablar contigo,por,lo de ayer...-dijo rascándose la nuca.
-Yo también Henry-dije a penas a unos pasos de él.

Técnicamente es una fantasíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora