El Caballero de la Academia Mahora

Capítulo 10: Noche en Kioto

El Caballero De La Academia Mahora

Periodo 10: Noche en Kioto

Lo siento si el acento de Kansai te resulta un poco molesto. Leí y traté de interpretar los patrones de habla de las personas de esa región y solo pude compararlos con los acentos del sur o de Nueva York. Y como soy del sur, solo usé como referencia la forma en que escuché a la gente hablar a mi alrededor. Así que, por favor, no seas demasiado objetivo.

¡Dios mío, fue increíble volver a ver a Negi! Ni siquiera pudimos verle bien la cara, pero estuvo increíble con Magia Erebea.

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Negi, Setsuna y Naruto atravesaron las puertas de papel que separaban el vestuario de las chicas del baño. Estaban preparados para casi cualquier cosa, pero cuando finalmente llegaron...

Asuna luchó por mantener su ropa puesta mientras un grupo de pequeños monos locos comenzaron a intentar quitársela. Ella pateó uno de ellos y lo sacó de su pierna. "¡¿Qué diablos está pasando?!"

Konoka vio a todos los que entraron y vieron su vergonzosa escena y lloró un poco. Sabían que debía haber sido malo cuando Konoka realmente se avergonzó, "¡Nooooo! ¡Cierren los ojos! ¡No miren!"

Los chicos quedaron completamente atónitos al ver a las dos hermosas damas en ropa interior. Naruto intentó apartar la mirada, pero la imagen ya estaba grabada en sus ojos.

Naruto se tapó los ojos con la mano y le hizo lo mismo a Negi, lo que provocó que se asustara y agitara los brazos por la sorpresa. Lástima que no tuviera un tercer brazo para cubrirse, porque no cubrió los ojos de la persona más paranoica del grupo.

Setsuna tenía una mirada amenazante y furiosa en su rostro mientras observaba a la pequeña Shikigami desnudar a su ama hasta dejarla en ropa interior. Sus dedos comenzaron a enroscarse alrededor de su Yunagi mientras una malicia emanaba de ella. "Ustedes, miserables y pequeños mestizos... ¡¿qué diablos creen que le están haciendo a Ojou-sama?!"

Negi y Chamo miraron a la belleza de piel pálida en estado de shock por su disposición a matar a varios animales inocentes bajo el control de otro mago.

Los ojos de Asuna se abrieron mientras intentaba mantener su ropa junta. "¡¿Sakurazaki-San?! ¿¡Esa es una espada real?!"

Naruto solo suspiró. En serio. Un maldito adicto al trabajo.

Setsuna dio un paso adelante y se preparó para borrar de la existencia a los espíritus familiares. Pero Negi entró en pánico al ver su marcha loca y se interpuso en su camino: "¡E-espera, Sakurazaki-San! ¡Detente! ¡Por favor, no mates a los pequeños monos!"

Setsuna se detuvo y miró a la profesora un poco más baja que la bloqueaba. Parpadeó sorprendida: "¿Qué?"

—¡Creo que los pequeños monos están siendo controlados contra su voluntad por uno de los magos locales! ¡No hay necesidad de que les quites la vida por eso! —Negi tenía pequeñas lágrimas de justificación en sus ojos— ¡Por favor, perdónalos!

Naruto simplemente sacudió la cabeza con decepción y empujó a Setsuna hacia adelante. "¡Ahora no es momento de preocuparte, Negi! Solo deténlos..."

"¡Yaaaa!"

Todos miraron hacia arriba para ver a Konoka siendo levantada del suelo y llevada por los pequeños simios. Los ojos de Setsuna se encogieron de horror y trató de correr hacia adelante. "Ojou-"

Pero al empujar a Negi para que se apartara y hacer que Naruto cayera hacia adelante debido al cambio de resistencia, ella se agarró el pie y cayó hacia adelante junto con el chico rubio. Y en la caída, sus toallas se deshicieron.