Respecto al asunto de la cubeta, los hermanos Shams tuvieron la buena fortuna de que el carpintero, que vivía a un par de casas, les regaló algo de madera de buena fe. Conociendo la situación precaria en la que estaban, no era raro que los vecinos fueran amables con ellos.
Sandy fue el que se encargó de fabricar una nueva cubeta, e incluso, con la madera le alcanzó para hacer otra. Aunque algo... "rústicas", le eran funcionales, y terminó el trabajo haciendo la agarradera con cuerda. Eso sí: fue un poco tardado, porque el joven a veces dormitaba a medio trabajo.
De manera que al terminar, su hermana le dio una nueva tarea, que era muy necesaria.
"Sandy, ¿podrías ir al oasis por agua? Sé que está un poco lejos, pero... El pozo de la plaza se ha secado" informó con desánimo.
La sequía había empeorado día con día. No había lluvias desde hacía meses y el calor abrumante de Arabia evaporaba el agua con preocupante rapidez. No solo escaseaba para los cultivos, sino que comenzó a agotarse incluso para calmar la sed del pueblo, quienes tomaron agua del pozo y la poca que quedaba se secó.
-Claro... Voy en seguida -respondió de forma lenta en medio de un bostezo. No perdió el tiempo y tomó ambas cubetas antes de irse. Su hermana le pidió que se cuidara, lo encomendó a Allah y lo dejó marcharse. Tara iría si pudiera, lo que menos quería era cargarle a su hermano más trabajo, pero ella tenía que quedarse a atender el bazar.
Sandy, aunque era perezoso, esa vez no podía darse el lujo de serlo. Después de todo el agua ya se les había acabado, así que era primordial ir a recoger del oasis cuanto antes. Ellos habían sido los últimos en ir a recoger, debido a la tardanza en fabricar las cubetas.
Tuvo que caminar más o menos durante una hora en el desierto, pues el oasis quedaba a unos diez kilometros. De todas formas, el chico iba bien cubierto con un djellabah¹, y la caminata no le sentó tan mal como hubiera creído.
Al llegar, se sentó a tomar un descanso. Iba a necesitar reponer energías antes de regresar. Se acomodó a la sombra de una palmera y, con la fresca brisa del oasis, se quedó tan agusto que no tardó en cabecear hasta que se quedó dormido.
El muchacho roncaba plácidamente, inmerso en el sueño. En eso, de un montón de vegetación se escuchó un ligero ruido, aunque ni eso lo inmmutó. De las plantas salió una chica que, curiosa, se acercó para mirarlo mejor.
Se hincó frente a él, mirando con atención sus facciones. Se dio cuenta entonces que era el mismo que la había ayudado a detener a las personas que la perseguían.
En efecto, la joven lo había visto, aunque él a ella no, en el momento en que Sandy volcó el puesto de manzanas. En ese momento, la chica se encontraba en el techo de una casa, lo suficientemente ágil como para trepar y huir de techo en techo. Había presenciado la escena, lo que le había dado tiempo de escapar. Se acercó por curiosidad, para ver si era el mismo, aunque, como no estaba segura, comenzó a inspeccionarlo más de cerca, comenzando a toquetear su cara sin mucho cuidado.
Sandy tenía el sueño pesado, puesto que no se despertó sino hasta que la chica jaló muy fuerte de su mejilla. Abrió los ojos y, el chico que usualmente tenía la voz apagada y poco enérgica, pegó de repente un gritó de la impresión, haciéndose hacia atrás por reflejo y golpeándose la cabeza con la palmera.
La chica retrocedió de un brinco, asustada por la reacción súbita del joven. Sintiéndose amenazada, comenzó a gruñir, mostrando los dientes. Tenía los caninos extrañamente afilados.
Al salir de la impresión inicial y observarla bien, de inmediato la reconoció, sintiéndose alegre, aunque también intimidado al ver que la chica parecía dispuesta a atacarlo si hacía algo raro.
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Narcolepsia (Sandy×Nita)
FanfictionSandy, un chico árabe de clase baja, padece narcolepsia. Un día, Sandy observa la persecución de una esclava fugitiva del sultán. Impulsado por la intriga hacia esta chica, decide ayudarla y mantenerla oculta.