En aquel instante, la lluvia caía suavemente, no eran simples gotas que descendían, sino recuerdos que me envolvían tiernamente, como suspiros del pasado, palpables y cálidos. Cada gota era un verso en mi poema de melancolía ,un eco de tu voz en la distancia, un abrazo que aún podía sentir, aunque el tiempo nos separara sin clemencia.En aquella lluvia se perdían mis pensamientos, como hojas arrastradas por el viento, buscando refugio en tus recuerdos, anhelando aquellos momentos tan intensos. El cielo lloraba conmigo aquella tarde, y las nubes grises reflejaban mi tristeza, como si el universo entendiera mi dolor, y quisiera acompañarme en mi soledad. En aquella ocasión llovía, y cada gota era un beso no dado, un te quiero susurrado en silencio, una promesa que el destino desvaneció. El aroma de la tierra mojada me recordaba a ti, y el sonido de la lluvia me susurraba tu nombre, como si el agua misma intentara consolarme, en medio de esta tormenta de melancolía. En aquella ocasión llovía, y mientras las lágrimas del cielo caían, mi corazón lloraba por lo perdido, por el amor que aún ardía en lo más profundo. Pero sé que en algún lugar entre las gotas,nuestros recuerdos perduran como estrellas, iluminando el cielo de mi alma,con la esperanza de un reencuentro en la eternidad.
