Capítulo 3.

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Gracias a la magia de Discord, todos aparecieron en medio de la biblioteca de Twilight, aunque la princesa pensó que el draconequus le estaba jugando una broma al no llevarla directamente hacia el espejo.

—¡Discord! ¡ES OBVIO QUE BUSCO LLEGAR AL ESPEJO! —gritó en ira la alicornio.

—¡Lo sé! Pero te traje aquí porque acabo de notar que ese libro no deja de brillar. —señaló Dircord hacia la pequeña mesita donde reposaba aquel ex diario de Celestia.

Twilight lo reconoció al instante y tomó con desesperación el libro, esperando encontrarse con el mensaje que seguramente Sunset le había escrito o alguna de sus amigas, al abrirlo se encontró sólo con la última carta que Flash le había mandado hace 7 días, por lo que pudo leer no había ninguna noticia sobre algún acontecimiento grave, sólo era un saludo, por lo que pudo deducir que Sombra no había atacado su escuela aún. Si pudiera, le escribiría otro bello mensaje saludándolo y agradeciéndole su preocupación, pero no podía perder mas tiempo, tenía que entrar a su espejo lo antes posible.

Tomó su alforja y les encargó a sus amigas que cuiden a Spike en lo que ella terminaba esta misión, obviamente las chicas y su pequeño dragón no iban obedecerla por lo que Discord invocó un escudo que les impidiera a las chicas y a Spike ir tras Twilight, esta vez la princesa de la Amistad tenía otra tarea más importante que hacer por su propia cuenta y no arriesgaría la vida de sus amigas en el otro mundo.

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Sci Twilight estaba devastada, se sentía culpable por responderle así a Sunset pero el miedo la había dominado, si bien le encantaba la idea de investigar mas a fondo sobre la magia y el universo mágico de los ponis, no era su meta principal, claro que ayudaría en lo que fuera necesario con sus dones, pero ahora no podía hacer nada contra ese hombre de apariencia intimidante, no conocía su magia ni nada de él, se sentía patética, se sentía fuera del alcance que la otra Twilight había significado para sus amigas y Sunset, las lagrimas no tardaron en asomarse por sus ojos, quería salvar a todos, pero no se sentía apta para ello.

Sombra tomó a la chica lavanda con su magia y la atrajo hacia él, buscando alguna acción mágica o algún discurso de amistad y amor como creía que lo haría la unicornio de su mundo, vana fue su paciencia al ver que la chica no tenía ninguna intención de hacer nada, se encontraba temblando y jalando de él.

Sunset gritaba su nombre desde lejos, incluso trató de levantarse para rescatarla de las manos de Sombra, pero su cuerpo ya estaba demasiado débil como para acercarse.

—Umm... eres la contraparte de esa unicornio, se supone que tienes que ser igual que ella, pero sólo veo que eres débil y cobarde. —insultaba el temible hombre. —Esto me decepcionó, pero debo admitirlo, me divertí mucho contigo JAJAJAJA.

Una piedra que chocó contra su cabeza interrumpió su malévola carcajada.

—¡Auch! —quejó Sombra sobándose la parte golpeada de su cabeza sin soltar a Twilight de su magia. —¿Quién fue el ridículo que me lanzó esta piedra?

—¡Deja... DÉJALA EN PAZ! —jadeaba el chico peliazul que a muy duras penas se había levantado del suelo, había despertado de su desmayo. —¡Eres... ERES... DESPRECIABLE!

Sombra volteó hacia atrás encontrándose con el chico peliazul que antes había golpeado, sonreía malévolamente, ya contaba con algo más para entretenerse antes de laborar sus planes.

—Lo sé, me agrada que lo menciones. —respondió orgulloso mientras levitaba nuevamente a Flash con su magia para acercarlo a él como lo había hecho con Twilight. —Pero no me agrada que los inferiores me arrojen piedras.... —exclamó intimidante y serio luciendo un brillo verde y oscuro en sus ojos.

Eres PrincesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora