𝑪𝒂𝒑𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒖𝒏𝒐.

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𝕭𝖊𝖆𝖚𝖙𝖞 𝕷𝖎𝖊𝖘

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𝕭𝖊𝖆𝖚𝖙𝖞 𝕷𝖎𝖊𝖘.
 
 

ೄྀ𝑷𝑶𝑽 𝑪𝑳𝑨𝑹𝑲.
 
 
 
Soy Clark Kent, mi vida siempre ha sido un tanto extraña, fui adoptado cuando era muy pequeño tras la caída de los meteoritos en Kansas.

Mis padres son lo mejor que tengo, Jonathan y Martha me han criado y cuidado como a un hijo, siempre han estado para apoyarme, y me han ayudado a ocultar mi gran secreto.

Hace poco que le conté a Pete sobre ello, al principio se enojó, pero terminó comprendiendo que no era algo que podía decirse a la ligera.
Mucho menos con Lionel y Lex pisándome los talones.

Lex había sido mi amigo desde hacía muchos años ya, tras haberlo salvado del accidente del puente, él sabe de mi enamoramiento con Lana, siempre me recomendó que me lanzase y estaba dispuesto a aprovechar mi oportunidad ahora que ella había dejado su relación con Whitney, el cual me había pedido que la protegiese.

Le echaría en falta, era un buen amigo después de todo, pero cuando todo parecía ir bien para mí, cuando por fin iba a lograr tener a Lana, algo pasó.

Fue repentino, no lo vi llegar, Chloe me advirtió de que algo había estado pasando en este último tiempo en Smallville, los casos de comportamientos anormales habían aumentado y con ello el índice de criminalidad en el pueblo.

Y todo ello hizo mella en mi familia, mi padre había sido atacado por algún lunático y había caído en coma, llevaba más de cuatro años postrado en una cama de hospital.

Me quemaba verle envejecer sin poder volver a hablarle, sin volver a ver sus ojos azules o su sonrisa, sus pésimas bromas y los consejos y peleas que eran constantes entre nosotros las cuales no duraban más de una semana.

Habíamos sido una familia unida, pero ahora que mi madre había aceptado ese trabajo cuidando de Lionel ahora que este se había quedado ciego.

Y de alguna forma pasó, mi madre se rindió de esperar por mi padre, terminó teniendo un noviazgo con Lionel para así poder pagar los gastos médicos y que así no desconectasen a mi padre ni nos quitasen la granja en la que tanto habíamos trabajado.

No podía culparla del todo, sabía que lo hacía por mi futuro, para no quedarnos sin nada, pero me ardía, odiaba a ese hombre.

Lex Luthor era ahora mi casi hermanastro, y con ello mi vida se había vuelto un completo infierno, no solo nos había unido un chantaje familiar, sino que además había pillado a Lana y a Lex besándose, dedicándose palabras de amor y aliento, y profesandole su cariño y devoción mutua.

𝐒𝐌𝐀𝐋𝐋𝐕𝐈𝐋𝐋𝐄 | 𝙎𝙪𝙥𝙚𝙧𝙡𝙚𝙭. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora