TRES

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Al llegar a la casona, una morena, alta y de ojos cafés nos esperaba en la entrada del estacionamiento, era Karin, se veía bastante diferente en la escuela básica no destacaba mucho, pero la adolescencia hizo de las suyas, sus rasgos se volvieron más finos y ya no habían rastros de sus problemas con el sobrepeso. Derek se estaciona cerca de la entrada de la casona.

-Karin, ¿Cómo te va?- el pelirrojo baja de su camioneta para saludar a la morena con un abrazo, mientras tanto Cris me abre la puerta del vehículo de Derek.

-Perfectamente bien, ¡Aria hace mucho que no te veía!- Karin se suelta del abrazo de el ojiverde para saltar hacia mi. - ¡Mira qué bella estás! No te veía desde la escuela básica. No puedo evitar sentir un poco de vergüenza por su entusiasmo y por los cumplidos gratis que me hace llegar.

- Gr. Gracias Karin, también te ves bien- Derek y Cris que estaban detrás, se ríen de mí de una forma bastante obvia para que me diera cuenta, lo cual no me hace para nada gracia, me giró sonriendo para mostrarles el dedo medio.

- ¿Y cuéntame entrarás en la universidad? - En ese momento siento una pesadez en la cabeza, miró hacia arriba encontrándome que Derek tenía su barbilla en mi cabeza apoyada, mientras tanto Cris se me acerca abrazándome la cintura, ambos fingen llorar desconsoladamente.

-Dios, Karin no le preguntes- Derek me apretaba la cabeza con sus manos mientras me daba besos en la coronilla.

-Nos abandonara para siempre, ya no se acordara de nosotros, nos cambiará por sus compañeros de facultad, ayy la traición - El pelinegro me sujeta la cintura mientras finge llorar en mi hombro.

-Ustedes si que son patéticos- La morena prende un cigarro mientras suelta una carcajada. Me uno a la carcajada de Karin mientras me trato de soltar de ambos rascacielos, lo cual es casi imposible, así que lo dejó estar.

- Contestando tu pregunta, sí iré a la universidad de la ciudad, así que no entiendo por qué estos dos perros falderos se quejan tanto- ambos me sueltan, bufando por el sinónimo impuesto por mi.

- Por que ya no pasarás tanto tiempo con nosotros- Cris me empuja suavemente con su hombro-solo espero que te hagas el tiempo para estar con nosotros. Me giro mirando a Derek el cual tiene un semblante bastante serio, al percatarse de su propia expresión mira hacia otro lado, apartando su mirada de mis ojos. Karin se percata de la tensión en el ambiente haciéndome señas para entrar a la casona.

- Creo que es momento de que entremos, la fiesta está increíble han contratado un DJ famosillo y hay juegos inflables - Los tres sonreímos como siempre, mirándonos de forma cómplice avanzando hacia la mansión para disfrutar de la noche. 


DULCE VENGANZADonde viven las historias. Descúbrelo ahora