"¿Que es esto que siento en mi pecho? No es cálido, duele. Mucho. ¿Porque? ¿Es porque no soy suficiente para ti? Lo siento tanto."
•.┈┈┈┈ ๑ ⋅ ⋯ ୨ ୧ ⋯ ๑┈┈┈┈
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
---
Mis pies ardían, el dolor se había convertido en mi única compañía. No sabía cuánto tiempo había estado caminando ni por qué me encontraba allí, pero lo que era seguro era el profundo dolor que inundaba mi pecho, justo donde debería estar mi corazón.
No llevaba ropa, solo mi largo cabello gris cubría mi cuerpo. De repente, mis fuerzas flaquearon y me desplomé en el suelo. El ruido de mi caída alertó a un caballero cercano, que se aproximó rápidamente.
Al sentir el filo de la espada en mi hombro, incliné la cabeza hacia el lado opuesto para ocultar mi rostro.
— ¡No me veas! —exclamé, desesperada—. Te vas a horrorizar.
Me tapé el rostro con mi cabello, intentando esconderme.
— ¿Capitán, quién es? —preguntó una joven de cabello castaño al detectar otras presencias—.
— No lo sé, Diane —respondió el caballero, susurrándole—. ¿Por qué ocultas tu rostro?
— Yo... —intenté responder, pero el cansancio me venció y perdí el conocimiento de inmediato.
┈┈┈┈ ๑ ⋅ ⋯ ୨ ୧ ⋯ ๑ ┈┈┈┈
Mi vista era borrosa al principio, pero lentamente se fue aclarando a medida que mis ojos se ajustaban a la luz del lugar. Me di cuenta de que ya no estaba en el duro suelo, sino recostada sobre algo acolchonado y suave.
Dos siluetas aparecieron frente a mí. Cuando las divisí claramente, me escondí debajo de la tela fina que me cubría.
— Tranquila, no te haremos daño —dijo una voz serena, provocando una sensación en mi pecho que nunca había experimentado. No sabía si era cálida o dolorosa, pero era una sensación desconocida para mí.
Lentamente, me descubrí el rostro y noté una leve expresión de sorpresa en la otra mujer presente.
— ¿Sabes cómo te llamas? ¿O por qué estás aquí? —preguntó, notando que no me movía—. Mira, si tu respuesta es no, mueve la cabeza de lado a lado. Si es sí, asiente con la cabeza. ¿Entiendes?
Asentí con la cabeza.
— Muy bien, aprendes rápido —dijo la mujer, sonriendo—. Entonces, ¿cuál es tu nombre?
— E-eris —respondí en un leve susurro.
— ¿Por qué estabas caminando sin rumbo hasta agotarte? ¿Qué te llevó a hacerlo?
Intenté buscar en mi mente, pero al recordar una sombra en mis pensamientos, un fuerte dolor de cabeza me hizo hacer una mueca.
— Está bien, está bien. Por ahora, puedes adaptarte con nosotros. Tal vez, ella podría ser parte de nuestra orden, Meliodas...
El chico asintió y los primeros días fueron bastante difíciles. Había demasiadas cosas nuevas, pero con la ayuda de Merlin aprendí a comunicarme y a descubrir nuevas emociones y sensaciones. Con algunos entrenamientos, también desarrollé mis poderes mágicos y me convertí en un pecado capital. Buscamos a otros que pudieran unirse a esta orden hasta completar los ocho pecados capitales.
Meliodas, el Dragón de la Ira Merlin, el Jabalí de la Gula Escanor, el León del Orgullo Ban, el Zorro de la Avaricia Diane, la Serpiente de la Envidia Gowther, la Cabra de la Lujuria King, el Oso de la Pereza
