Más Allá De Saturno. / Piggy / Ft. Willow & Tigry./ Reescribiendo.

III

"Me fallaste"

"A veces hay que alejarnos un poco hasta que nos extrañen o nos olviden."

.

Estamos a unos metros de llegar a nuestro destino final. La base militar de Doveport.

En realidad esto ya ni siquiera es Doveport. Antes, esto era solo un valle y ya. Lo sé porque en el camino vi unos carteles qué lo indicaban.

De pronto, la radio que Mimi trae consigo suena y la voz del ingeniero, Kona, se escucha a través de ella. Nos advierte que debemos tener cuidado pues la base militar ha estado muy tranquila desde hace un largo rato.

Nuevamente debemos entrar y despejar el camino. Yo Insistía en quedarme atrás con los otros chicos para seguir descifrando la carta, pero ellos no tomaron en cuenta mi opinión y me forzaron a entrar.

¡Lo que me faltaba!

...

La famosa base militar era un desastre. Estaba completamente vacía y parecía que no había nadie en kilómetros. Seguramente han evacuado.

Antes de pensar siquiera, Paolino se dio cuenta de la trampa. Había soldados escondidos entre la nieve. Pero no soldados cualquiera, si no, infectados de esos que llamaban "inteligentes".

Él recargó mi revólver y se dispuso a disparar a cualquier soldado que saliera del suelo. Yo, por mi parte, dependía solamente de mi puño.

Pero no estoy indefensa como creen. Mis técnicas de combate, aunque viejas, aún están bien pulidas y entrenadas. No quita que prefiera usar el revólver.

...

Mientras avanzo por la base golpeando infectados, me encuentro otra nota en un árbol. Maldita sea, Theodore. ¿Qué es esta letra tan odiosa qué tienes?

No es una carta tan larga como las anteriores pero si lo suficientemente garabateada para no ser entendida.

...

"Si llegaste hasta aquí, ¡Felicidades, Willow! Ten por seguro que no llegaras más lejos, escoria.

Este es el fin del camino para ti.

—Timothy Torendel"

Y es todo lo que dice. No le tomo importancia. ¿Cuánto más daño puede hacerme? No es capaz de levantarme ni la voz.

...

El camino está despejado. Me encuentro en las entradas de la base junto al resto. El frio se intensifica rápidamente, deberíamos entrar al laboratorio. Seguro ahí habrá un poco más de calor.

Le señalo a los demás el camino y se dirigen hacia ahí. Estaba a nada de irme tras ellos cuando una silueta muy familiar me llama la atención.

No podía creer lo que veía. Mis ojos empezaron a derramar gotas de agua cristalinas. No era posible...

Delante mío estaba una figura que respeté toda mi vida, por lo menos desde que la conocí. Era una chica que yo admiraba por su valentía de cargar con nosotros y querernos a pesar de no ser hijos suyos.

Ella fue como una madre para mí... Su nombre era Daisy. Una mujer de cabello corto y gris. Ella tenía aproximadamente 25 años cuando llegó con nosotros.

Ahora, esta aquí, infectada, sola... Eso me inquieta aún más pues mi hermano no está cerca. ¡¿Que maldito pecado estoy pagando!?

Ella no merecía esto... Era tan noble...