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Dalia sollozó por ultima vez antes de correr lo más lejos que podia de la horrible escena frente a ella. Su tia, quien practicamente la crió, le alimentó y cuido de ella desde que aprendio sus primeras palabras...
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Dalia volvía a estar aburrida. Nunca pensó que el fin del mundo sería aburrido, pensó que seria correr a cada segundo de cualquier peligro, pero estando en una zona protegida no tenían porque hacerlo. Pero esta vez no estaba sola.
Carl estaba acostado a su lado, sus brazos estirados a ambos lados con una expresión aburrida. Unos pasos más adelante estaba Sophia, caminando por todos lados intentando buscar un trébol de cuatro hojas en el césped.
—¿Escucharon sobre Randall? La menor de los tres rompió el silencio, balanceando sus piernas hacia el cielo. —Papá dice que no me preocupe por el, que lo resolverán hoy.
—¿Creen que lo maten? A Sophia le interesó la información, porque se acercó a su posición y se sentó a su lado.
—Es lo más probable.
Ambas se sobresaltaron cuando Carl se levantó abruptamente del césped, girándose a verlas con una expresión seria, algo poco común de su parte.
—Quiero verlo, dijeron que era un niño. No pueden matar a un niño. Su tono se oía casi desesperado, lo cual se les contagió a ambas niñas al escuchar lo dicho, levantándose del suelo.
—¿Qué hacemos?
Minutos después estaban esperando detrás de el granero a que Carl sacara la suficiente información de Shane como para entrar a registrarlo. Su primera opción había sido Dalia, pero ya se le había advertido guardar distancia hasta que el ex-sheriff se arreglara con los Grimes.
—Mira, esto es solo un problema de adultos. La voz de Shane llegó a sus oídos, escondiéndose detrás de unas cajas de madera a un lado del granero para evitar ser vistas. —Nos ocuparemos, no tienen que preocuparse.
Sintieron los pasos pesados acercándose, por lo que ambas se agacharon hasta que supieron que ya estaban solas. Le hicieron señas a Carl para que se acercara a su posición, el cual no dudo en acatar lo dicho y llegó donde ellas.
—Shane dice que no es un niño, dijo algo de "es un decir" Carl ladeó la cabeza, confundido.
—No importa, podemos subir por esa escalera y entrar. Dalia señaló hacia atrás de ella. —Sophia, ¿segura que no quieres venir?
La nombrada negó con la cabeza. Ya se había decidido, ella era la mayor, se quedaría atrás y vigilaría para que no atraparan a sus amigos. Se había vuelto bastante ágil con respecto a escalar arboles, o esquivar obstáculos, era la persona correcta para ese trabajo.
Ambos menores asintieron y caminaron para subir la escalera. Dalia fue la primera en subir, teniendo cuidado con hacer ruido y revisando si no había nadie dentro. Todo estaba despejado, y extrañamente silencioso. Se ganó a un lado para que Carl pudiera subir, y juntos, caminaron hasta lo que parecía una especie de azotea dentro, asomando la cabeza para ver al prisionero.
