Chifuyu se encontraba frente a su armario, sacando prenda tras prenda, dejándolas tiradas por ahí. Su emoción era enorme, hoy podría ver a su pareja nuevamente, no había pasado mucho desde su última cita, pero la emoción era como si fuese la primera vez.
Tras amarrar bien los cordones de sus zapatillas, salió de su casa y se dirigió al piso de Baji, esperando paciente en su puerta al llegar, emocionado por la cita que los esperaba ese día.
—Kei, ¿cómo estás?— preguntó con genuina alegría en cuanto divisó a su pareja.
—Fuyu, cariño— le sonrió mientras lo envolvía en un cálido abrazo.
—¿Estás listo para nuestra cita?— le cuestionó tras separarse un poco.
—¿Cita?— el alfa lo miró con confusión, recordando poco después al ver el rostro entristecido del omega.
—¿Lo olvidaste?
—Oh no, para nada, dame unos minutos— con delicadeza lo jaló al interior de su casa.
Chifuyu se quedó en silencio, mirando la casa de su alfa con curiosidad, reconociendo en el aire un vago atisbo de feromonas que estaba seguro que había sentido antes.
—¿Tienes visitas?— preguntó en voz alta mientras buscaba a su pareja.
—Sólo Kazutora, supongo que se irá después— le respondió rápidamente para luego sacarse la camisa que tenía encima, causando la vergüenza del omega.
—Te espero afuera— le informó y se fue antes de dejar hablar al alfa. Se quedó en la sala, disfrutando del silencio hasta que escuchó una puerta abrirse, giró el rostro, topandose con el amigo de su novio, quien salía del baño.
—¿Hmm?— el otro alfa volteó la mirada, sonriendo poco después —Buenas tardes precioso— con su habitual tono coqueto le saludo, moviendo ligeramente la mano en el aire.
—Buenas tardes— le sonrió con incomodidad, sacando su celular para evitar entablar conversación con el amigo de su pareja.
—¿A dónde tan arreglado?— le preguntó con un tono más amigable, sentándose al lado de Chifuyu en el sofá.
—Tengo una cita con Kei— le respondió con un tono tajante, esperando que de ese modo el alfa se fuera.
Kazutora sólo silbó en señal de sorpresa, una sorpresa bastante fingida, después de todo no le sorprendía que su amigo pasara más tiempo con el omega que con él.
—Fuyu— Baji salió de su habitación poco después, luciendo ligeramente agitado —Olvidé que mi madre me encargó hacer el mandado— se acercó rápidamente a la puerta, tomando sus zapatos de la entrada.
—Pero, ¿qué hay de nuestra cita?— el omega se levantó del sofá, acercándose a su pareja, luciendo decepcionado.
—Volveré rápido, no creo que la lista sea muy larga— le dió un rápido beso en los labios, abriendo la puerta principal después —Quédate aquí, no tardo— se fué tras terminar su frase, sin permitir que Chifuyu dijera algo.
El omega suspiró con pesar, volviendo a sentarse en el sofá, cerrando los ojos para relajarse.
—¿En serio vas a quedarte aquí?— el otro alfa se acercó discretamente a la pareja de su amigo, liberando sus feromonas de forma leve.
—Me lo pidió, sería grosero irme.
Kazutora sonrió con malicia, pasando su mano por el muslo del rubio, liberando con un poco más de intensidad su feromonas.
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Una verdadera sociedad
Fiksi PenggemarSiglo XXI y Japón continúa luchando con la discriminación y desigualdad hacia los omegas, lo que conduce a una creciente ola de protesta y activismo. Esta historia sigue la vida de varios omegas que viven sus vidas diarias mientras lidian con la dis...