Jeff sabía que estaba soñando, pero aún así parecía real.
Caminaba por su antigua casa, pero había algo diferente, algo que le ponía los pelos de punta. Las ventanas solo dejaban entrar unos pequeños rayos de sol que se reflejaban en un espejo del pasillo.
Jeff se acercó con cautela y miró su reflejo, se vió a si mismo, todo era normal.
Algo se movió en la oscuridad y Jeff gritó, una sombra oscura se precipitó contra el y lo atravesó, miró hacia atrás pero no había nada; la sombra no lo había atravesado, se había metido en su interior.
Jeff se sintió raro, se apoyó contra el espejo y sintió ganas de vomitar, escupió un par de veces pero lo que escupía no era saliva, era sangre. Se palpó la boca y la sintió húmeda y dolorida. La cabeza le daba vueltas y no podía respirar, cayó al suelo, no paraba de escupir sangre y de llorar.
Levantó la vista hacia el espejo y lo que vió ya no era el, era un ser desfigurado de cara blanca con ojos grandes y profundos que no tenían pupilas, la boca era una abertura que perfilaba una sonrisa de la que emanaba sangre sin parar. La estancia daba vueltas y el ''bicho''' del espejo alargó su mano esquelética atravesando el cristal como un fantasma, esa asquerosa abobinación salió del espejo y se plantó delante de el, Jeff trató de huir pero sus músculos no respondían y tampoco podía gritar. El monstruo parecía divertirse viendo a Jeff inmóvil y aterrado, sin poder evitar lo que inevitablemente pasaría. Esa ''cosa'' sacó del bolsillo de su sudadera blanca un cuchillo alargó su brazo y se lo clavó en el corazón. En ese instante Jeff se dió cuenta de que, eso que le acababa de clavar un cuchillo era muy parecido a el.
En ese instante Jeff murió, o al menos su parte buena por llamarla de algún modo y aquel extraño ser era la locura, que se encuentra dentro de todos nosotros, que se oculta de la luz como una cucaracha y que solo el dolor y la ira pueden dejar libre. Su corazón era ahora, una cascara vacía incapaz de sentir el amor.
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JEFF THE KILLER
Fiksi Penggemar*Sintió un pinchazo en su corazón, en alguna parte de su ser habían dejado escapar un monstruo y ese monstruo se llamaba ira, poco a poco el monstruo recorrió la mente de Jeff y le convenció de que ese hombre que había osado ponerle la mano en cima...