Más allá del INFINITO

La cascada del amor

Estaba nerviosa ya que hacía mucho tiempo que no nadaba por la cicatriz que se había formado.         

Aparcamos el coche el coche bajo un árbol que da a sombra para que luego al volver no estuviera ardiendo, como todos nosotros en este momento.

-¡¡Bien quien quiere bañarse!!- dijo Lisa aunque ya sabía lo que íbamos a responder.

-Yo os espero debajo de el agua.- dijo Eli mientras se iba corriendo y se tiraba de bomba.

Yo sin embargo fui más despacio me quite los pantalones y cuando fue hora de la camiseta me la quite lentamente y me mire la espalda para estar segura de que no se veía nada. Había acertado.

Me dirigi hacia el muelle que había en el que Ares estaba sentado esperándome, cuando oyó que me acerca se giro lentamente hacia mi, y se pudo de pie.

-Ven quiero enseñarte algo- me dijo mientras me cogía de la muñeca y me llevaba algún lugar que yo desconocía.

-¿A donde vamos?- pregunte con bastante curiosidad.

- Cuando lleguemos lo sabrás.- me dijo dejando bastante claro que no me lo iba a decir.

Estuvimos caminando unos minutos más, cuando derrepente me tapo los ojos.

-¿Que?- pregunté sin entender que estaba pasando.

-¿Confías en mi?- me preguntó.

En esos momentos no supe si lo decía en serio o solo era una broma cursi.

-Eh...Si.- Al fin y al cabo era mejor confiar que no, dado que me tenía los ojos tapados con sus manos.

-Bien.- dijo con tono de seguridad- ¡Tachaan!- me dijo mientras me quitaba las manos de la cara y dejaba que viese un estanque con piedras al rededor y una cascada al lado.

-E-es precioso.- dije aún sin creerme lo que estaba viendo.

-Ven, vamos a el agua- me dijo mientras el se tiraba y yo me quedaba viéndolo de arriba a abajo.

Tenía los músculos marcados y llevaba un bañador rojo suelto. Aunque nunca lo admitiría en voz alta Ares era bastante guapo.

Derrepente me vino a la mente aquel momento en que se acerco y poso sus cálidos labios en los míos. Jamás nadie me había dado un beso en ese lugar, ahí ni en ningún otro, excepto mis padres claro.

En ese momento Ares salió del agua y se puso a mi lado de pie como estaba yo. Me pensaba que me iría a decir algo, pero estaba muy equivocada. Me cogió como si solo fuera un simple saco de patatas. Y se iba directo a el agua conmigo encima.

-¡¡¡Ares para, paraaa!!!- gritaba entre risas.-¡¡AREEE- 

No me dio tiempo a acabar su nombre ya que había pegado un salto y ahora estábamos los dos en el agua.

Resultaba que el tocaba suelo y yo sin embargo aún me quedaban unos cuantos centímetros para poder llegar. 

Así que mi solución fue agarrame de su cuello para no hundirme. Cosa que le hizo mucho gracia.

-¿Que te hace tanta gracia?- le pregunté mirándolo a los ojos.

No pudo contestarme ya que su risa se lo impedía.

Cuando por fin paro, posó sus ojos sobre los míos.

Jamás había sentido esto por nadie y debía admitirlo. Este chico me gustaba y mucho.

Ahora mismo me lanzaría encima de el para poder besarlo, pero sin embargo mi cuerpo me lo impedía no movia ningún músculo y entonces el se apartó y se fue nadando.

-¡Eh! Esperame- le dije mientras iba tras el.

-¡Sígueme!- me grito mientras salía del agua.

Yo hice lo que me decía y salí también. Subimos hasta  arriba de la cascada. Las vistas eran preciosas Per no era eso lo que quería enseñarme.

-Si Confías en mi móntate a mi espalda- me dijo mientras se agachaba para que pudiera subir.

-Si me dices que están tramando me subiré- le respondí.

-Venga es que es una sorpresa.- me dijo el.

-Vaaale- dije a duras penas.- Espero no arrepentirme-dije mientras me subía.

Y entonces salto. Estábamos literalmente en el aire cosa que hizo que me agarrara más fuerte.

Pasaron unos segundo y aterrizamos dentro de el agua.

-¡Estas loco!- le dije entre risas.

-Si un poco- dije como si tirarse desde una cascada fuera lo más normal del mundo. 

Tras un rato volvimos con los demás que ya estaban fuera del agua esperándonos y tomamos rumbo hacia su cada otra vez. Pero el problema era que yo no sabía lo que me esperaría esta noche.