[2 | T/N]

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-FLASHBACK-

Mucho, pero muchísimo tiempo atrás, unos 10 años en el pasado, una pequeña Kamiya Ai se encontraba explorando los alrededores de su vecindario. Recientemente se había mudado en compañía de sus padres a un nuevo hogar, con un nuevo ambiente y nuevos alrededores para que su curiosidad le provoque inspeccionar cada rincón posible sin meterse en problemas en el proceso.

En su modo de reconocimiento y familiarización de la zona, Kamiya se detuvo frente a un parque con varios juegos infantiles puestos para que los niños se diviertan y hagan amistades. Y aunque hubieran infantes corriendo de un lado a otro, en una de las banquetas alrededor del centro de juegos, un niño estaba sentado, con su atención plenamente fija en una tira cómica de superhéroes. A Kamiya se le hizo curioso que un niño no tuviera ganas de jugar o divertirse como los demás hacían en ese mismo parque, por lo que, para saciar su deseo de conocimiento, se acercó al niño.

- "¿Mm?" -musitó al percatarse de la presencia de Kamiya cerca suya.

Kamiya: "Hola, etto... soy nueva, acabo de mudarme con mis padres y... bueno, me llamo Kamiya Ai." -se presentó con nervios al acercarse voluntariamente al niño que despegó su vista de su cómic para admirarla.

- "T/N, gusto en conocerte." -le devolvió el gentilicio con una breve reverencia.- "Bienvenida al barrio, espero que seas feliz y comas muchas perdices."

Ante el comentario de T/N, Kamiya no pudo evitar soltar una pequeña risilla, contagiando al particular niño.

Kamiya: "¿Eso es una revista americana?" -le preguntó por el cómic, sentándose a su lado en la banqueta.

T/N: "Sí, la encontré entre las cajas de mi padre, me sirven para distraerme de mi alocada realidad."

Kamiya: "¿Qué quieres decir con eso?"

T/N: "No importa, ¿de qué parte de Japón se mudaron?"

Kamiya: "Oh, pues, por lo que sé vinimos desde Yokohama por una oferta de trabajo que recibió mi padre, y al parecer le pagan tan bien que decidió traernos a mí y a mi mamá a vivir cerca suya."

T/N: "Mmm, interesante..." -dijo y, al no tener más temas para conversar, regresó a su pasatiempo.

Kamiya: "¿Te gustan los superhéroes?" -preguntó queriendo generar plática a pesar de la incomodez que le daba charlar con T/N.

T/N: "Sí, ¿y a ti?"

Kamiya: "Eh... bueno... no conozco mucho, solo he oído de esas revistas de mis amigos de Yokohama."

T/N: "¿Y no te interesa saber?" -le preguntó girando su rostro esperando su respuesta.

Kamiya: "Etto... quizás un poco..." -contestó en voz baja, pero T/N la escuchó a la perfección.

T/N: "Bien..."

En realidad, T/N solo estaba poniendo a prueba a Kamiya, ya que pasó lo mismo con los demás niños que correteaban por el parque, primero se acercaron a él para entablar una amistad, éste les contó su afición, se propuso a relatarles una pequeña parte del Universo Marvel y, apenas comenzando huyeron. Pero, para su sorpresa, la pelinegra observaba y escuchaba atentamente a cada palabra que salía de su boca, haciendo preguntas de vez en cuando y sintiendo cierta admiración hacia los héroes que T/N le resumía en simples palabras, maravillándose de lo fantásticamente vasto que era ese Universo de superhéroes.

Así se pasaron toda la tarde hasta que Kamiya tuvo que irse ante el llamado de su madre, se despidió de T/N y le prometió que volvería para saber más del Universo Marvel. Sin embargo, y para la sorpresa de todos, T/N y Kamiya no solo se juntaban en el parque para hablar de Marvel, también de sus aficiones, pasatiempos, de la vida y de esa forma aumentaron la confianza en su relación por un par de años, en los cuáles parecían inseparables.

A pesar de eso, aquí es donde viene el "pero", los padres de T/N, de nacionalidad latina, no lograron prosperar tan bien económicamente, por lo que, con lo poco que tenían ahorrado, optaron por regresar a T/P, dejando a Kamiya triste, sin poder despedirse bien del único amigo que había hecho en su infancia y, quizás, en la vida, ya que a partir de ese día, en el que se vio forzada a ver cómo T/N se subía al auto de su padre y partir, no volvió a ser la misma niña sonriente, enérgica y alegre.

...

ACTUALIDAD

O eso creyó la pelinegra hasta que vio a T/N en la oficina del director, por esa razón no pudo evitar abalanzarse sobre él, rodearlo con sus brazos y restregar su rostro en el pecho del chico, señal de lo mucho que había extrañado su presencia.

Kamiya: "Entonces, ¿dices que gracias a una beca estás de regreso en Japón?"

T/N: "Sí, y si quiero seguir en este país debo esforzarme al máximo."

Kamiya: "¿Por eso eres tan elogiado por el director?"

T/N: "No seré tan listo como Shikimori-san, pero tengo también mis puntos fuertes."

Kamiya: "Sí... lo sé." -dijo lo último en voz baja, viendo de reojo a T/N con un sonrojo.

T/N: "Pero por lo que me dijo el director, tus notas han bajado extremadamente en los últimos meses." -mencionó, recordándole a Kamiya la razón para distanciarse del Voleibol, bajando la cabeza avergonzada.- "Tienes suerte de que el director me haya elegido para darte tutorías, ni me quiero imaginar lo que le sucedería a otro."

Kamiya: "¿Por qué dices eso?"

T/N: "Ya he tenido experiencia enseñándole a Kamiya Ai, ¿recuerdas?" -dijo con una sonrisa nostálgica en su rostro, contagiando a la pelinegra ese mismo sentimiento.- "¿Cómo rayos uno más uno era cuatro?"

Kamiya: "¡No me hagas recordar eso, idiota!" -exclanó colorada de la vergüenza, golpeando el hombro de T/N sin tanta fuerza.- "Pero tienes razón, no creo que alguno de mis compañeros aguantaría mi actitud a la hora de estudiar."

T/N: "Por eso mismo me propuse voluntariamente a ayudarte, además de apoyarte en alcanzar tu objetivo."

Al oír esto, Kamiya reaccionó como lo había hecho al verlo en la oficina del director, se abalanzó para abrazarlo, riendo y restregando su rostro en el pecho de T/N, avergonzándolo por hacerlo en medio de la calle, provocándole un rubro mayor al ver un par de mujeres pasar justo al lado.

Mujer1: "Qué lindos."

Mujer2: "Me recuerdan a mis años dorados..."

Después de ese momento, Kamiya y T/N acordaron sus horarios de reunión, estudio y se intercambiaron sus números, correos y redes sociales. Al llegar a sus respectivas casas, no pararon de mensajearse para ponerse al día con sus vidas, chateando hasta altas horas de la madrugada, aún así no le importaba a Kamiya, ya que su emoción por volver a encontrarse con T/N superaba sus ganas de dormir.

Kamiya: "Qué maravilla..." -expresó encantada, viendo el último mensaje que le envió su amigo de la infancia y tutor.- "Buenas noches, T/N, descansa..."

...

Ai Kamiya x LectorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora