He vuelto a retomar mi vida.
Han pasado ya dos semanas desde que escribí como me hizo sentir el innombrable.
Me sigo recordando a mi misma que ya no significas nada, que en mi mente ya no tienes el espacio que antes ocupabas. Ya no me afectan tus fotos en redes, tus ojos en clase y tu voz en los descansos.
Pero cuando llego a casa y veo el cuarto tan vacío, tan oscuro y tan triste, cuando entro en mi taller y me dan ganas de quemarlo todo, porque está igual que mi habitación; siento que algo dentro de mi me clava puñales en el corazón, como si yo misma me estuviera intentando matar para no aguantar tanto el dolor. Antes era tristeza, ahora supongo que viene la negación y la nostalgia. Niego a mi yo interior que no eres tan importante, pero cada vez que veo mi reflejo en el espejo la que parece poco importante soy yo.
Recuerdo todavía tus palabras en mi oído, las caricias en mi brazo cuando me agobiaba siempre con lo mismo. Y me repito a mi misma una promesa que no puedo permitirme romper: no volver a amar. No volver a amar a otro diablo en esta guerra, porque me he dado cuenta de que el dolor más grande lo tiene el amor.
No me permito volver a amar, pero hay algo en mí cabeza que me pone a recordar cuando estábamos juntos. Cuando estoy en mi caballete y me mancho los labios por alguna salpicadura, cuando me los voy a limpiar y los rozo sin querer con las yemas de mis dedos que no son los tuyos después de aquel beso que me debería haber matado. Porque, me recuerdo que sólo el amor duele así.
Ya no me importa que te hayas ido, pero hoy, cuando te he visto por los pasillos, en mi corazón alguien gritaba que te dieras la vuelta y me pidieras volver contigo.
Tiemblo con cada pensamiento de tu presencia y cuando se difumina ese pensamiento siento una daga en el cuello de mi alma.
Solo el amor duele así y solo esa frase me recuerda a la canción que me imploraba mi madre que aprendiera. Ahora entiendo porque.
Cada vez que me rozo la piel siento la herida del fuego que una vez me dejaste ahí y ya no se va, no, no se va. Me tengo que limpiar yo sola las herida, vendarlas y seguir hacia delante para poder luchar contra el resto de demonios que dejan a personas como yo, desoladas y les roban el color que hemos formado durante tantos años.
Me duele mucho admitirlo, me sabías a caramelo y las heridas que tengo desprenden olor a piruleta, un olor que queman mis venas e incendia mi corazón. Porque esto es una tortura y tan solo tener eso en cuenta hace a mi mantra más fuerte: que solo el amor duele así.
Y ahora te digo, querido diario, sálvame, porque no quiero caer otra vez en la tristeza de hace dos semanas atrás. No quiero que el amor vuelva a dolerme así, porque me niego a sentirlo de nuevo.
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Radioactiva
Truyện NgắnVengo de otro universo, de otra galaxia. Me dicen que soy rara. Que soy radioactiva. Mis ideas son enfermizas y mi pobre alma está contaminada. Pero no se dan cuenta de que soy así por culpa de sus críticas y etiquetas. Aquí te traigo la enfermedad...