En las entrañas del bajo mundo, dos aliados, Larry y Zachary, se encuentran atrapados en un destino compartido que los lleva al lado oscuro de una organización.
Unidos por su habilidad innata para meterse en problemas y salir de ellos, este dúo car...
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Una vista al lugar y luces, luces,luces, radiantes por todos lados, sonidos de fichas y tragaperras en cada esquina; una mezcla de risas y parloteo desesperados por conseguir las migajas del gran premio de este lugar. Hombres y Mujeres en trajes elegantes siendo atendidos por...emm...¿chicas vestidas de conejo?..
Sin duda alguna un lugar completamente normal...que se note el sarcasmo.
El contraste entre el glamour de las luces y la desesperación de los apostadores me tenía precavido. Mientras avanzábamos, todo se volvía más saturado en gente. De hecho, el brillo y el ruido parecían intensificarse con cada paso. Mis ojos se posaron en el escenario central del casino, donde un raro ser Antropomórfico realizaba trucos de cartas con destreza hipnótica. A mi lado, mi compañera Larry, también se lo quedó viendo con curiosidad , pues literalmente era una rata alcanzando fácilmente los dos metros de altura que se erguía sobre sus patas traseras. Estaba cubierto de un pelaje grisáceo, sus ojos rojos brillaban ante el público, y sus orejas grandes y puntiagudas captaban cada sonido del salón.
A pesar de su tamaño en el escenario, se movía con una agilidad y sigilo algo sorprendente. Pero bueno, cada loco con su tema.
Nos abrimos paso entre la multitud hasta llegar a una barra cercana. Observamos a nuestro alrededor, buscando alguna señal del tipo al que estábamos buscando, "Frank D'Ratales", En serio me pregunto qué le pasaba por la mente a la madre del tipo para darle tan extravagante nombre eh.
Para mezclarnos con la gente y el ambiente decidí pedir dos bebidas para nosotros en la barra.
—Buenas noches, disculpe, sería tan amable de servirnos una moonblast y un......-Un largo silencio se presentó y yo dando espera a que Larry pida su bebida hasta que capto como mi compañera andaba por las nubes embobada observando a las chicas conejo que trabajaban sin quitarles ni un segundo de la mira.
...
—Tierra llamando a-
—Y un Flaming Moai—respondió finalmente Larry, recuperándose de su ensueño.
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