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- Vamos, Faye, tienes que contarnos

Cada una estaba en algún punto de la habitación, cambiándose o poniéndose los accesorios, ya preparadas por los estilistas y maquillistas.

- No hay nada que decir, chicas

Yoko terminaba de ponerse los aretes para dirigirse a los ganchos y empezar a buscar algo que le agradará, ignorando las miradas incrédulas de las chicas y poniéndose nerviosa cuando sentía que todas la miraban, planeando algo.

- Por favor, no es normal ir corriendo solo porque te llegó un aroma

Engfa exclamaba mientras abría el paquete donde estaba el vestido que había elegido, Fay concordaba con sus palabras junto con las demás, excepto Lingling que veía con una sonrisa comprensiva a Faye antes de entrar al baño.

- Fue natural, como si nos hubiéramos conocido antes, siento que he conocido todo de ella, ahora solo quiero estar a su lado

Sonreía al momento de sentarse en la cama, con su vestido extendido a su lado y Orm al otro sonriendo de felicidad con ella, las demás suspirando alegres y sonriendo ligeramente mientras seguían hablando entre ella.

- Chicas, ella es mi predestinada. Por eso fui hacia ella, su olor fue tan exquisito y cuando la vi, sentí que me derretía y ni hablar de sus ojos, es hermosa por si sola.

Lingling le sonreía aún más, se sentaba con ella en la cama y ponía su mano en el hombro de Faye.

Todas sabían la historia de las almas predestindas y conocían aún más las ansías, ocultas, de la mujer de por fin encontrar a la suya.

Fay e Ize eran ciertamente escépticos a esa historia pero desde que conocieron a Linging y ella les conto sobre como conoció a su pareja, Orm, su percepción cambio un poco y ahora, por como vieron a Faye correr sin siquiera terminar de explicarles o ayudarles a sacar el equipaje para despues verla con una dulce joven tomada de la mano y con un empalagoso olor a felicidad que no había dejado de expulsar hasta que tuvo que separarse.

Eso era alguna prueba de que las almas predestinadas existían para ellas pero nunca se los dirían directamente, tal vez en alguna platica indirecta o algo por el estilo.

- Basta de charlas, niñas. Tenemos que ir a la fiesta.

Wheein se adentraba al cuarto de las omegas con un elegante vestido negro, un maquillaje discreto y un pequeño chongo bajo bien peinado haciendo a las chicas, mejor dicho Orm, Charlotte y Becky, gritar silvar y elogiarla, provocando un ligero sonrojo.

Todas se acercaron a la mayor para que les terminara de dar las instrucciones y preguntar por objetos personales que quisieran llevar o que les faltará tomar.

Una a una empezaron a salir del cuarto, riendo y hablando de lo nerviosas que estaban por tener a gente nueva con quién trabajar.

- Yoko, Orm, necesito decirles algo.

Las mencionada detuvieron sus pasos y quedaban frente a Wheein, la alta teniendo una ligera idea de lo que podría ser y la menor simplemente viendo a las otras dos.

- Orm, se que tu pareja esta aquí y Yoko, tu acabas de encontrar a la tuya pero esto no se puede salir de control

Sacaba de su bolso dos tarjetas de color negro, extendiendolas frente a las chicas.

- Esta tarjeta presenta su situacion, necesitan tenerla por cualquier situación, cuando esten con ellas o cuando esten hablando con los mayores ¿Entendieron?

Asintieron con una sonrisa, guardaron la tarjeta en su bolsa de mano y la colgaron en su hombro para salir siguiendo a Wheein.

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Essence [FayeYoko] [G!P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora