El pequeño suspiró, aún con lágrimas en sus pequeños ojos. Levantó la cabeza para observar detenidamente a Rex, quien lo miraba con una mezcla de odio, dolor y tristeza.
—Bien, vámonos... —murmuró Crema, mientras miraba a sus hermanos con los ojos llorosos. Perri sintió pena por ella y colocó una pata más adelante, dando a entender a que comenzaran a caminar. Charlie ayudó a ponerse de pie a su hermano mayor, quien emitió un quejido por el dolor en la herida.
Un momento después, comenzaron a subir por las rocas menos empinadas y resbaladizas, la mayoría ya estaba arriba del barranco, con sus cabezas mirando hacia abajo. Donde aún estaba Perri intentando subir, sus garras se resbalaban, y la lluvia tampoco ayudaba, que digamos. Él comenzó a frustrarse y gruñía con cada intento, sus hermanos se miraron entre sí y Charlie se acercó a él para ayudarlo.
Saltó unas cuantas rocas y estiró su cuello, agarró del pescuezo al cachorro. E intentó retroceder mientras el otro ayudaba sujetándose de las empapadas piedras. Cuando lograron llegar más arriba, el colorado se giró y lanzó a Perri, hacia donde estaban los demás. Su hermana lo atrapó y colocó en el suelo, luego de eso, Charlie saltó hacia ellos.
Luego de recuperarse, los pequeños miraron hacia atrás, vieron un piso de cemento y criaturas raras y ruidosas que corrían por el camino, y parecían llevar humanos dentro. Crema tragó saliva y habló sin quitarles ni un ojo de encima a esas cosas.
—Me dan miedo... —Dijo la cachorra clara con una voz baja y temblorosa, Charlie miró a sus hermanos y se armó de valor.
—Pero debemos pasar, es el único lugar donde podemos hacerlo. —Señaló mientras observaba a todos los humanos, y se percató de que algunos los miraban con una mirada intensa. Y más a Rex.
Este último sentía cómo todas las miradas le atravesaban la piel, levantó la cabeza y vio cómo las criaturas raras se frenaron de manera muy extraña. Y supo que ese era el momento indicado para pasar.
—¡Ya! —Ladró dando a entender que tenían que avanzar. Rápidamente, los perros comenzaron a correr hacia el cemento, suplicando en silencio en que no sean atrapados por ninguna criatura ni humano.
En medio de camino, Perri sintió una extraña sensación, todos sus hermanos se desvanecieron, como si se los hubiera llevado el viento. Sintió mucho frío y un dolor en el pecho, el cielo se oscureció y ahora estaba él solo cruzando. Una figura se formó delante de él, parecía un pastor alemán, pero por una extraña razón no tenía rostro.
Se desesperó y no importaba cuánto esfuerzo hacía, él no avanzaba, logró oír los gritos desesperados del sujeto que lo observaba. Con el rabillo del ojo logró ver cómo un monstruo se acercaba a él a toda velocidad, no lograba entender por qué eso le parecía familiar. Se llenó de pánico y gritaba para que lo ayudaran, pero como una bala, sintió cómo la criatura chocaba contra él.
Su cuerpo se sacudió por el dolor y cayó en un pozo, Él no se podía mover y vio cómo el perro se asomó, aun sin poder ver su rostro. Pero esta vez pudo alcanzar a oír algo, "Perri", "Perri". El sujeto solo repetía su nombre una y otra vez, aunque cada segundo que pasaba lo decía en un tono más fuerte. Hasta que ya aturdía, todo su alrededor se oscureció y sintió un tirón muy brusco.
Su visión era borrosa, pero logró ver su alrededor. El cielo estaba repleto de nubes, aunque se alcanzaban a notar pequeños rayos del sol que se ocultaban. El Pastor alemán sintió su pelaje empapado y un leve dolor en su cabeza. El aire estaba lleno de humedad, pasto y tierra mojada, junto con el aroma de otros humanos y perros.
¡Perros!, ¿adónde estaban sus hermanos?, inmediatamente comenzó a buscarlos con la mirada. Pero no logro encontrarlos por ninguna parte, «¿Se olvidaron de mí?», pensó Perri. Pero al instante, descarto esa idea, «Jamás harían eso», hizo una mueca de dolor al ponerse de pie. Se sacudió su oscuro pelaje, para luego, intentar comprender lo que había ocurrido.
«Antes de despertar aquí, estaba cruzando el camino de cemento, junto a Charlie, Crema y Rex. Pero, ¿por qué?», el pequeño esforzó su mente para recordar, ¿por qué estaba en esa situación?, hasta que pudo hacerlo, «mamá...», sus orejas se pegaron al cráneo, escondió su cola, pequeñas lágrimas se formaron en sus ojos, y deslizaron por sus mejillas.
El pequeño lloro desconsoladamente, mientras sentía como sus latidos se volvían muy frecuentes, Su corazón palpitaba con una intensidad dolorosa, como si fuera a estallar. Se dejó caer en sus patas, mientras varios pensamientos iban y venían en su cerebro, hasta formarse un laberinto de recuerdos e ideas. Él no podía comprenderlo, «¿cómo pudo ocurrir?...», no podía creerlo.
—¿Cómo?... —Su voz se quebró en un llanto, su madre había muerto, sus hermanos habían desaparecido, ahora él estaba solo en un lugar desconocido para él, lo había perdido todo...
—¡¿Cómo?! —Un ladrido de dolor se escapó de su hocico, mientras se sujetaba la cabeza con sus patas delanteras, sintió ojos metiéndose debajo de su piel. Varios humanos y perros lo observaban con confusión y curiosidad en sus miradas, Perri se avergonzó y se levantó.
Varias miradas lo siguieron, mientras él retrocedía lentamente, ahora lleno de tristeza, miedo, confusión, vergüenza y dolor. Sentía como si su corazón se le iba a escapar por la boca, y más rápido que la luz, huyo de allí, sin ninguna dirección, solo huía de todos esos ojos. Sus patas se movían rápidamente en la acera áspera y resbaladiza. En un movimiento torpe, perdió el equilibrio y cayó, el barro ensuciando su pelaje.
«Maldición...», se maldijo a sí mismo, mientras se ponía de pie, «tengo que encontrar un refugio...», pensó mientras miraba hacia todos lados a la vez. Encontró con la vista un camino de tierra, parecía que llevaba a un..., ¿bosque?, su madre siempre le contaba historias sobre el bosque. El de inmediato se sacudió el barro, y se dirigió hacia allí.
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El Camino De Los Guardianes -El comienzo- #1 Perdidas
Teen Fiction(Esta historia contiene: Sangre, violencia, lenguaje inapropiado y temas sensibles, por lo que se recomienda leer si tienes mas de 13 años.) "Lo había perdido todo..." El pequeño pastor aleman Perri vive feliz con su madre y hermanos, aunque todo se...