CARTA 1

35 2 1
                                    


Siento como en cada latido de mi corazón hay algo de dolor y remordimiento, tanto por lo que gané como por lo que perdí. Estas escrituras quizás nunca tengan el sentido suficiente como para tener la importancia de ser leídas por alguien que pudo darme tanto y que a su vez me lo quitara sin piedad alguna, solo quiero dejar una razón sólida como motivo, esto va por mí, no por lo nuestro.

Podría mirarte directamente a los ojos y decir: Te amo cariño, aunque tú me quieras, yo te amo, te amo cariño mío.

Podría abrazarte fuerte y hacerte sentir mil amores, estoy seguro que he causado en ti eso que llaman "Mariposas en el estómago", estoy seguro de ello.

Desde que te conocí, casi no has parado de cambiarme, de transformarme en otro, al comienzo pensé que no te agradaba en lo absoluto la clase de hombre que tenías en tu delante, ahora después de todo lo ocurrido, podría llegar a la conclusión de que solamente era el único al que consideraste que tenía las agallas para convertirme en lo que llaman ustedes las mujeres "príncipe azul", lo que toda chica desea por lo menos una vez en su vida.

Que tonto que he sido, lo mejor de conocerte no son tus besos, ni los abrazos, después de todo lo mejor fue tu presencia en mi vida, tu compañía, tu tiempo, tus manos sobre mi torso desnudo, tu ser.

Nunca te regalé flores como un verdadero caballero, sin embargo, te regalé tantos poemas que por cierto nunca pudiste leer, lo mejor de todo estaba en lo que escribía a tus espaldas que, por falta de tiempo y ganas, nunca vieron la luz y probablemente nunca suceda.

Lo mejor de conocerte ha sido los mensajes de madrugada, las trasnochadas en las que los temas hablados se volvían cursis, tocando mi lado más sensible, donde terminan conmigo escribiéndote un testamente recordándote lo mucho que te quiero.

Los domingos siempre serán los mejores, los días y noches que te tuve siempre serán un hermoso recuerdo, son esos momentos en los que podía sentirme completo, sentirme un hombre, sentirme un niño, sentirme grande, sentirme amado, protegido y sobre todo tuyo.

Si ahora mismo lees esto, que quede claro que eres responsable de esas noches de inspiración que llegaron a mi habitación con la única intención de vaciar este corazón mío lleno de nostalgia por lo que ahora viene siendo tu ausencia en mi vida, eres responsable de mis penas, de mis experiencias, del amor concebido y de todo lo que construimos juntos.

Posiblemente en tus ojos haya encontrado todo lo que en su momento buscaba, a lo mejor en tus labios se encuentre lo que nunca sentí en alguien más, a lo mejor en tus brazos están el amor incondicional que nunca recibí, el hecho de conocerte a lo mejor fue saber que te convertías en lo que tanto esperé.

Este verso escrito en prosa es para recordarte que en mi mente siempre estás, si, como una adicción, en mi corazón vives, en mis manos siempre duermes, todo en un solo sentimiento que no precisamente es amor ¿Volveré a sentirlo? Es la pregunta que me hago casi siempre, la respuesta sigue siendo la misma, no tiene caso si no eres tú quien lo causa, estoy mejor solo, recuerda, eres responsable de esto.

¿Recuerdas el restobar que visitamos? Ese en el que fuimos como segunda opción porque el lugar donde tú habías visto primero se encontraba cerrado, vaya recuerdo... me divertí mucho ese día, comimos, platicamos, reímos, bebimos, nos mirábamos los rostros uno al otro soltando esas bromas atrevidas que ya sabemos como terminan.

Lo mejor no es la comida, sino la compañía, lo mejor no es la bebida, sino las risas que vienen con ello, ni las bromas, ni la plática, lo mejor era saber que éramos el uno para el otro, y aunque no podíamos vivir uno sin el otro, al día de hoy, cada quien supo sobrevivir con la ausencia de ambos, y eso sí es lo mejor de conocerte, la superación por ambas partes, o al menos lo creo de ti.

"CARTAS ANTES DEL AMANECER", UNA HISTORIA CONTADA MEDIANTE CARTASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora