Único

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La cabeza de Minho descansaba sobre los muslos de Jisung, mientras los dedos del guitarrista se deslizaban con ternura por el sedoso cabello castaño de Minho

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La cabeza de Minho descansaba sobre los muslos de Jisung, mientras los dedos del guitarrista se deslizaban con ternura por el sedoso cabello castaño de Minho. El aire estaba impregnado con el dulce aroma de las flores cercanas y el canto de los pájaros se mezclaba con el susurro de la brisa. El ambiente era una mezcla de dulzura y melancolía, pues sabían que ese sería su último momento juntos por un largo tiempo.

—No es un "para siempre", amor. Lo sabes, ¿verdad? —cuestionó Jisung, rompiendo el silencio, mientras sus dedos seguían acariciando el cabello de Minho. Su voz era suave, llena de cariño.

Minho asintió lentamente, aunque no muy convencido. Sus ojos estaban cerrados, disfrutando de la caricia, intentando grabar cada segundo de ese momento en su memoria.

—Se siente como si lo fuera — Su voz fue apenas un susurro. —¿Me dirás que no es así?

Y en verdad, no estaba tan alejado de la realidad. Minho se mudaría a otro país para continuar con sus estudios en una prestigiosa universidad, mientras que la banda de Jisung estaba despegando y empezaba a ganar popularidad. Parecía que el universo conspiraba para mantenerlos separados.

El sol comenzaba a descender, creando un resplandor dorado en el rostro de Jisung, resaltando la tristeza en sus ojos. El pelinegro volvió a tomar la palabra, intentando mantener una actitud positiva.

—Nos volveremos a ver, Honnie. Y tenemos teléfonos, así que no te preocupes, te llamaré seguido.

Le regaló a Minho una sonrisa dulce, una que siempre había logrado calmarlo en el pasado. Minho se incorporó lentamente, quedando a la altura de Jisung. El césped era suave bajo ellos, y el sonido distante de los niños jugando y la gente conversando en el parque formaban un fondo lejano y reconfortante. Minho se inclinó sobre Jisung, tomando sus mejillas entre sus manos y dándoles un suave pellizco, como si quisiera asegurarse de que era real y no un sueño.

—Buu, no es lo mismo si ya no somos novios —dijo Minho con un suspiro, sus ojos brillando con melancolía. Recordar su mutua ruptura le dejaba un sabor amargo en la garganta. Volvió a presionar las mejillas de Jisung, provocando que sus labios se abultaran de forma chistosa. —Promete que no te fijarás en nadie más. Y mucho menos te atrevas a subir a una fan al escenario, te juro que iré a matarlos a los dos.

El tono amenazante de Minho contrastaba con la vulnerabilidad en sus ojos. Jisung solo pudo reírse, sus manos subiendo para acunar las de Minho.

—Te amo, tonto. Es una promesa, un juramento —respondió Jisung, su voz llena de sinceridad.

Se miraron en silencio durante unos instantes, sus corazones latiendo al unísono, antes de que sus labios se encontraran en un beso lleno de amor y tristeza. Fue un beso largo y apasionado, uno que ambos quisieron grabar en su memoria para los días solitarios que vendrían.

El sonido de un motor interrumpió su momento, y ambos se separaron, sus corazones apretándose dolorosamente. Los padres de Minho habían llegado en su auto, listos para llevarlo al aeropuerto. Minho se levantó con pereza, sus manos aún entrelazadas con las de Jisung.

Want so bad | Minsung.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora