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Capitulo 2: El relato de Menna

(Esté capítulo va a ser narrado por Menna. Éste es, exclusivamente,  el único capítulo que  no va a ser narrado por Guadalupe.)

 

 

 

Las penas se hunden en un mar que se desborda.

Ya era el segundo año. Ya habían pasado dos años de sufrimiento y deseo. Ya habían pasado dos años desde que me enamore de él. De Thomas MC Mint.

- ¡Amiga! -sin pensarmelo un segundo corrí a los brazos de Guadalupe que me gritaba desde la puerta del aula.

Después de un largo abrazo tomamos asiento en uno de los bancos esperando al profesor.
Notaba que Guada estaba un tanto nerviosa, pero no borraba de su cara una intensa sonrisa.

-¿Ocurre algo?

- Si. Anoche me la pase muy bien.

- ¿Con quién esta vez?

Era normal que mi amiga se acostara con uno distinto cada fin de semana. Sus relaciones no duraban más de siete días. Ella era encantadora, con un cuerpo de modelo de revista. Solo un homosexual se resistiría a la tentación de acercarse a ella.

Era dificil decirlo, pero sí, mi amiga era una puta. Después de todo yo la quería tal y como era.

- Con Thomas Mc Mint.

-¿C-ómo? -tartamudié

- Que anoche estuve con Thomas

El corazón se me paro. Sentía un ardor en la garganta y me costaba pasar el aire.
NO CON ÉL. De todos los chicos que hay en la secundaria se tuvo que fijar en él, en mi amor.
Por supuesto que nunca le había dicho a Guadalupe que estaba enamorada de él, si no, no me hubiera hecho algo así. Yo la conocía muy bien.

- Ah -logré susurrar luego de unos minutos.

- Fue magico, maravilloso, jamás me lo había pasado tan bien. Además...

Los ojos de Guadalupe brillaban como jamás lo habían hecho. Su mirada no me pertenecia, sus ojos estaban en otro lugar ¿En la noche anterior tal vez? No se, pero no queria ni pensarlo.

- Además ¿Qué? -le dije alcanzandole un pañuelo para que se secara la baba que empezaba a aparecer de su boca.

- Además... -hizo una pausa en la que se giró hacia mi y me miro. Me agarró las manos y sonrio como nunca- Además, creo que me enamoré.

- No te puedes enamorar solo porque te dió todo lo que querías una noche. El amor es distinto.

Me siguió contando sobre la noche antenrior, pero no le presté atención. Tampoco al profesor que daba su clase. Llegó un punto en el que los ojos me empezaron a lagrimear. Pero me obligué a calmarme. Mi amiga no duraba más de una semana con los chicos, y esto no iba a ser diferente.
No sabía lo equivocada que estaba.

Al tocar el timbre para salir del maldito colegio, Guada me agarro del brazo y fuimos para los casilleros donde estaba... Thomas.

- Hola, hermosa -le dió un beso en los labios a mi amiga. El mio fue en la mejilla.

Nos quedamos un rato los tres hablando , más bien, ellos hablaban, yo solo me dediqué a escuchar. Hasta que me cansé y me fui. Por supuesto que nadie se sió cuenta de mi partida.

Pasaron los días, las semanas, los meses y cada día la relación de Thomas y Guadalupe se iba intensificando más. Poco a poco me fui alejando de mi mejor amiga. Todavía la quería, pero me hacía mal. Ella me hacía daño aunque no lo supiera. Ella me lástimaba solo por andar de la mano con Thomas, por besarlo, por susurrarle cosas al oído, tan solo por el hecho de enamorse me mataba por dentro. Me hacía sentir un dolor agonizante capaz de matar a cualquier corazón. Y ya estaba cansada de sufrir, dejé de invitarla a mi casa, me empezé a sentar con otras personas en clase e incluso a veces no le atendía el teléfono. Hice lo posible para olvidarme de él pero no lo logré, seguía y sigo enamorada completamente de él.