1.II

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Alison abrió los ojos y se incorporó de golpe aspirando aire violentamente, como si hubiera estado a punto de ahogarse con algo. Aún estaba oscuro.

Casi al instante se cubrió la cara con las palmas y se dejó caer aliviada en la cama. Ese había sido un sueño muy extraño, agradecía haber despertado en la peor parte.

Sus pensamientos nadaban en un remolino de confusión, trataba de recordar pequeñas partes del sueño y estas se le iban desvaneciendo aunque intentara concentrarse. También sentía un extraño malestar físico, dolor en la espalda y la cabeza. Se dió cuenta que ni siquiera podía recordar bien qué había pasado la noche anterior, ni siquiera recordaba haberse ido a dormir o en dónde.

Abrió el ojo izquierdo mientras se masajeaba la sien. Una luz mortecina se colaba por la ventana, muy en lo alto, en medio de una negrura.
Las cortinas blackout que pidió de Amazon y había ido a recojer a casa de Carla. Suspiró un poco más tranquila al sentir que sus recuerdos comenzaban a tomar sentido. Su madre no iba a estar nada contenta si se enteraba que había hecho una compra en línea por cuarta vez en un mes, pero esta vez sí era algo necesario e importante.

Ya no soportaba el sol a primera hora de la mañana atravesando las suaves cortinas blancas de su habitación, una vez empieza tiene que despertarse y moverse sí o sí para no acabar con un bronceado de cara. Era la única pega de quedarse con la única habitación del tercer piso. Pero no tener a nadie alrededor que molestara, un baño propio y tener una vista bonita de la "choco montaña" a lo lejos la habían hecho competir contra su hermano como el mejor candidato a la habitación hasta lograr vencerlo.

Había tenido que comprar muchas cortinas para tantas ventanas, pero podría conservar su guarida de las nubes como le gustaba llamarla. Solo un pequeño error de acomodo que dejaba entrar ese rayo de luz. Por otro lado, tal vez se había conseguido un defecto nuevo. No estaba segura de que hora era.

Empezó a tantear a su alrededor buscando el celular para ver la hora. El malestar y la mente nublada comenzaban a hacerle sospechar que tal vez la noche anterior había sido viernes de botellón. Ni siquiera podía recordar si era sábado. Se preocupó un poco porque además no daba con el celular.

Ya podía imaginar a su madre entrando furiosa en cualquier momento, ella es tan de vida saludable, fit, zen, etc. Sería capaz de arrebatarle la habitación, siempre dice que es perfecta porque con esa luz natural no es necesario poner el despertador a las 6 de la mañana. Alison no ve nada conveniente esa parte, no le emociona vivir ese tipo de vida como a su mamá. Hay días que son terribles y ella no está para andar midiendo calorías, siguiendo rutinas al pie de la letra o empezar a hacer yoga con la llegada del sol. A veces solo quiere ser feliz un rato aunque tenga que entregar un poco de años de vida a cambio. De cualquier forma no pensaba llegar a ser anciana.

Nada como sacrificar horas de la mañana para disfrutar al máximo de la noche. Es emocionante sentirse tan libre con un poco de alcohol después de una semana dura. Bailar y cantar como locos toda la noche no se compara con nada. Tal vez sí era la mañana del sábado. Comenzó a sentirse un poco orgullosa de que tal vez, había sido una noche tan loca que no podía recordar nada como en las películas, además en la búsqueda de su celular había sentido muchas hojas de árbol sobre su cama. Quizá hasta encontraría un tigre al encender la luz.

Una canción empezó a sonar. Alison se sentó arrugando el ceño. No le era familiar, se escuchaba como una tenebrosa niñita de cementerio cantando una canción de cuna. ¿La alarma de su celular? Alguien había jugado con la alarma de su canción favorita en su teléfono y la había cambiado por música de espantos, debía ser una estúpida broma.

Pensó de inmediato en Rodri, era una broma reutilizada. Y esta vez nadie más que Carla pudo haberle pasado el patrón de desbloqueo de su teléfono. Comenzaba el día con el pie izquierdo pues además de tener resaca ahora empezaba a cabrearse. Se estaba arrepintiendo de darle tanta confianza a su mejor amiga, pues parecía que no recordaba lo mezquino que puede llegar a ser Rodrigo con sus bromas.

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⏰ Última actualización: Aug 02 ⏰

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Los descendientes de la rosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora