III

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Si alguna vez alguien le preguntase a Lee MinHo que esperaba hacer con su vida, sin duda alguna ser un Camboy que se tocaba para extraños de Internet no era una opción en su amplia lista de posibilidades

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Si alguna vez alguien le preguntase a Lee MinHo que esperaba hacer con su vida, sin duda alguna ser un Camboy que se tocaba para extraños de Internet no era una opción en su amplia lista de posibilidades. O siquiera parecida a alguna de ellas.

De hecho, por su cabeza nunca había pasado el hecho de que eso siquiera fuese una opción, en especial porque él nunca se consideró alguien particularmente sexy o súper lindo; pero la opción de ser un camboy era una muy grande si se lo preguntaban, una muy divertida y bien pagada.

La primera vez que supo si quiera que era un camboy fue a los trece, cuando fue a casa de su mejor amigo Chan y entró sin tocar a su habitación. Y lo que encontró fue las escena más incómoda que su joven mente pudo imaginar. A su mejor amigo bombeando su pene mientras en la pantalla de su computador estaba un chico de cabello naranja saltando efusivamente sobre un dildo enorme de color negro, recuerda ver como Chan mantenía su mirada fija en el chico sin dejar de atender su miembro.

Por suerte su amigo logró percatarse de su presencia y cerrar la ventana de aquel comprometedor vídeo mientras torpemente guardaba a su amiguito dentro de sus pantalones. Después de eso Chan lo evitó unos días, y cuando finalmente se sintió preparado para hablar de ello, MinHo escucho algo totalmente alocado.

— Su nombre es Freckle boy — comentó el pelinegro a su amigo, MinHo solo pudo pensar que el pelinegro era un sucio pervertido.

— ¿Eres como esos chicos que pagan por ver tetas? Creí que eras más que eso Chris — comentó con algo de ironía el castaño, Chan río y le dio un leve empujón.

— No lo soy — se defendió — Hay algo especial con ese chico, no es como ver porno Min, es mejor — se excusó mientras sus mejillas se teñían al oír la risa de su amigo.

En ese momento MinHo creyó que era una verdadera idiotez lo que su amigo decía, era tonto pagar por porno y era aún más tonto tocarte por unos cuantos centavos.

Pero luego de un tiempo MinHo cambio de opinión. Cuando cumplió dieciséis, sus padres lo corrieron de la casa al enterarse que era gay, y Chan, como el gran amigo que era, salió de su casa dispuesto a independizarse junto a su pequeño amigo MinHo.

Aunque sus situaciones eran distintas, ya que MinHo no tenía el apoyo de sus padres y venía de una familia de  clase media baja, mientras los padres de Chan le mandaban comida cada semana y gozaban de un nivel económico bastante estable.

Así que viviendo juntos, y sobreviviendo con los ahorros de Chan para el alquiler de un par de meses y la comida deliciosa que mandaban todos los días los padres de este, pudieron vivir cómodamente un par de meses.

Pero tres meses después de que comenzarán a vivir juntos, y tras MinHo cumplir diecisiete, decidió que debía aportar algo más a la casa y debía conseguir algún empleo para pagar renta y su escuela, pero eso era difícil como la mierda.

Los empleos donde le dejaban trabajar siendo menor de edad no tenían horarios que le permitieran estudiar de forma correcta, y aquellos que tenían buenos horarios o tenían un sueldo de mierda o simplemente requerían ser mayor de edad.

Así que con la renta del próximo mes a tan solo dos semanas, Chan casi muriendo en un trabajo de medio tiempo decente y con ganas de no depender de la comida de los padres de su amigo tomó una loca decisión. Impulsada por Chan claro estaba.

— MinHo — Habló su amigo, el castaño le miró curioso — ¿Sabes como podíamos conseguir mucho dinero? — cuestiono y el menor se encogió de hombros — Camboy — explico, los ojos de MinHo se abrieron con sorpresa.

— ¿Qué? — pregunto confundido, Chan suspiró.

— Digo que tú seas un camboy — sugirió y la expresión de horror de MinHo habló por el.

— ¡No! — solto escandalizado — Hazlo tú, idiota — atacó y el pelinegro suspiró resignado.

— Lo haría pero odio ser el de abajo y los chicos top no ganan tanto como los pasivos — explicó — Inténtalo una sola vez, si no te gusta puedo pedir a mis padres un poco de dinero prestado para la renta del próximo mes — explicó, MinHo lo meditó unos segundos.

— Si lo hago perderé mi dignidad — explico y el mayor nego.

— No Min, usaras una máscara y vas a ganar más que muchos oficinistas regulares, y no haces daño a nadie, los hombres solos y necesitados gastaran en ti por que les pareces lindo — intentó convencer, MinHo lo pensó unos segundos más — Solo piénsalo bien Min, me voy a trabajar — comentó mientras salía de aquel departamento.

Fue como tres días después que instaló un par de cosas en su ordenador, compró una máscara, un dildo y comenzó a transmitir.

¿Acaso realmente era buena la paga?

Si, lo era, lo confirmó esa noche cuando en su primer directo se conectaron apenas doce personas, habló un rato sin rumbo solo comentando que era  nuevo y un muy amable hombre, si se le podía llamar así, le comentaba que era lo que más gustaba de ver y como debía comenzar a hacer contenido, algo extraño pero agradeció mucho cuando hizo una generosa donación de veinte dólares.

No hizo más aquel día que meter con mucha vergüenza el dildo en su culo, solo leyendo comentarios que pedían que fuera más rápido y lo sexy que era. Cuando finalmente se corrió, sintiendo una extraña sensación en el estómago por saber que a través de aquel monitor lo veían unas doce personas, sintiendo sus piernas contraerse y debilitarse.

No había estado tan mal para ser su primera vez.

Y es que recibió una gran cantidad de veinte dólares, en tan sólo cuarenta minutos, y tras tomar un relajante y burbujeante baño de tina lo medito unos segundos más.

Veinte dólares en cuarenta minutos era una gran cantidad y más si sólo lo veían doce personas, si la cantidad de personas se duplicaba el dinero también lo haría y el dinero solo sería más y más.

Y santa mierda, eso sonaba tan bien que no evito que sus ganas para un siguiente directo llegara, es decir a él le gustaba darse placer y el hecho de que alguien lo viera hacerlo parecía ligeramente excitante y aún mas cuando le podían dar dinero por ello.

Y comenzó a hacer directos, pronto su actitud tan relajada y atrevida, junto a su linda figura y las formas en las que se complacía llamaron la atención de muchas personas, siendo uno de los camboys más famosos de la plataforma en la que se encontraba, para ser más exactos el número cinco.

Fue así como a los cuatro meses Chan y el se mudaron a una casa más linda y con un cuarto extra para la particular actividad del ahora rubio, ya que en esos meses había teñido su cabello.

Ser un camboy había llenado sus bolsillos de dinero y su culo de placer.

Y ahora casi a punto de cumplir dieciocho  y terminar su preparatoria nada podía salir mal.

O eso creyó hasta que tuvo que  hacer un ensayo histórico con Han JiSung.

O eso creyó hasta que tuvo que  hacer un ensayo histórico con Han JiSung

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Chan, yo no sabía esto 😔

Camboy | 𝐇𝐚𝐧𝐊𝐧𝐨𝐰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora