"¿Ahora le robas la hermana a un chico de la F2? ¿Que pasa contigo?"
Mia Colapinto probablemente sea una de las chicas con suerte mas extraña del mundo, por lo que ella suele estar preparada para que el destino la deje en situaciones que como poco...
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Los suspiros contra su oido es lo que terminaría por despertar a Mia, Max con sus manos fuertes en la cadera de la chica casi usando la forma de esta como dos manijas para manejar el resto de la chica mas cerca a su entrepierna, ya que se estaba frotando contra ella.
La pequeña siesta al parecer habia despertado el hambre del Leon, Max repartía besos y lamidas en el cuello de Mia, que seguia aparentemente dormida, ella le daba la espalda de costado algo que habia evolucionado a que Max simplemente le abrace acurrucandola en su pecho a que se frote con ella.
- Max... -
Murmuro mía comenzando a despertarse, adormilada, notando lo que el hombre hacia, cosa que le pareció demasiado sexy, Max solo le respondió con mas besos en su cuello, para luego hacer que ella se diera la vuelta.
- Hola Hermosa... -
La voz de Max sonaba calida, el acento neerlandés en si inglés era mas tranquilo y no tan tajante como en su calma casual, Mia suspiro saliendo de ensoñación y viéndolo, admiro como los ojos azules de el se veia casi blancos al estar de espaldas a los rayos de luz solar que se escapaban por la persiana de la ventana, asumia que habían pasado unas horas por el color aun radiante pero de una perspectiva mas cerca al horizonte.
- Hola lindo, ¿Te despertaste caliente? -
Murmuro Mia pasando sus manos por el hombro de Max, quien no pudo suspirar divertido con sus sonrisa intacta, claramente mas despierto que ella.
- si, hermosa ¿Me ayudarías? -
Pidió con ese tono casual y cómplice a la vez, Mia le mordio el labio inferior acercandose con la misma seguridad que el.
- okey -
Susurro divertida en sus labios, Max solo tomo sus caderas pero esta vez poniéndola sobre el, a veces olvidando su propia fuerza, sentándose en la cama un momento, para luego inclinarse brusco hacia ella básicamente comiéndole la boca.
Mia respondió a esto aferrándose a el con la misma intensidad, su mano trepó por el cuello de Max hasta enterrarse en su cabello, mientras la otra mano, bajaba hasta la entrepierna de Max confirmando lo obvio.
- ¿Que haces con los pantalones puestos, todavía? -
Pregunto divertida con falsa molestía, Max solo solto una risa seca antes de mirarla ambos en su burbuja lujuriosa, Max le mordio su labio inferior y dejo un beso en la nariz antes de comenzar a desabrocharse sus pantalones.
